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Durante la guerra de la Tormenta del Desierto de 1991, el ejército iraquí en retirada prendió fuego a más de 600 pozos petroleros kuwaitíes para obstaculizar el avance de las fuerzas aliadas, lo que provocó una catástrofe ambiental. Pasaron casi 10 meses antes de que se extinguieran todos los incendios. Imagen: Cortesía de Christopher Morris, VII

Las consecuencias de una destrucción atroz y el sufrimiento humanitario generado por las guerras y los conflictos armados permanecen durante un largo tiempo. Más allá del impacto directo sobre la vida de las personas, el conflicto armado y las consecuencias del conflicto, también hay un impacto sobre los recursos naturales, los medios de vida y los ecosistemas.

Estos aspectos ambientales del conflicto armado no se han estudiado lo suficiente y a menudo reciben el nombre de una «baja silenciosa» de la guerra. Esta ausencia de interés puede ser en buena medida una de las causas de que haya poca investigación sobre el tema y dificultad al determinar el daño a la naturaleza. Como resultado, hay devastadoras consecuencias ecológicas y sobre la salud humana que no se han registrado ni se han contabilizado.

Hay unas pocas excepciones notables que han llamado la atención internacional a la relación entre guerra y naturaleza. El uso del defoliante Agente Naranja por parte de las fuerzas militares de Estados Unidos en Vietnam causó un extenso daño a los bosques, expuso a los soldados y civiles a la dioxina y dejó un mortal legado de defectos de nacimiento y otras consecuencias de salud entre el pueblo vietnamita. En 1991, el ejército de Irak en retirada le prendió fuego a más de 600 pozos petroleros de Kuwait, causando el oscurecimiento de los cielos y una caída regional de la temperatura. Las impactantes imágenes de cientos de pozos quemando y un horizonte con el sol tapado fueron una señal de alarma para la comunidad internacional. Aunque todos los incendios en los pozos se apagaron en pocos meses, tomó décadas limpiar la contaminación a largo plazo de la tierra y el agua.

De estos desastres nació una mayor atención a las dimensiones ambientales del conflicto armado. Una resolución de 2001 de la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 6 de noviembre como el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos, y apoyó que el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) realice evaluaciones ambientales post-conflicto. Aunque útiles, estas operaciones tenían limitaciones financieras o de tiempo, y la implementación de sus recomendaciones aún tiene complicaciones. Compilaciones como el libro Armed Conflict and Environmental Damage (Conflictos armados y daño ambiental) junto con la investigación académica aportan un punto de partida útil para diseccionar las diversas causas y consecuencias, y construir mejores respuestas de política pública.

El internet y la innovación en el análisis de conflicto

A inicios de la década de 2010, con el uso de los teléfonos inteligentes y un acceso más amplio a internet, hubo un cambio en la urgencia por tratar el medio ambiente como parte intrínseca del análisis de conflicto. La abundancia de videos, fotografías y otra información compartida en línea les ha dado a los periodistas, investigadores y organizaciones de la sociedad civil datos directos y oportunos sobre eventos de conflicto. Esto ha generado un nuevo tipo de investigaciones digitales de fuente abierta, que puede ayudar a rastrear a quienes perpetraron crímenes de guarra y violaciones a los derechos humanos.

Al mismo tiempo, hubo una revolución en acceso público a datos de teledetección de sistemas satelitales, aportando información en tiempo real sobre conflictos armados. Esto también permitió que los académicos y las organizaciones de la sociedad civil usaran herramientas de observación terrestre para identificar y monitorear cambios en el ambiente natural de las zonas afectadas por el conflicto. El daño ambiental ocasionado por los conflictos armados incluye un amplio espectro de cuestiones que ahora pueden ser evaluadas cualitativamente y cuantitativamente, mediante imágenes satelitales y rastreo por redes sociales. Esto va de bombardeos directos a instalaciones que almacenan químicos peligrosos, como las zonas industriales o las refinerías de petróleo, hasta la vasta destrucción de las zonas urbanas con armas explosivas. Más allá de estos impactos directos hay a menudo efectos secundarios ambientales más amplios, como el colapso de la gobernabilidad que impacta la recolección y el manejo de basuras, el aumento de explotación de recursos naturales sin regulación, como la deforestación o la caza de especies salvajes, prácticas insostenibles, como la refinería informal de petróleo y preocupaciones más amplias de pérdida de biodiversidad.

Environmental Armed Conflict Assessment Using Satellites

Imagen: Evaluación de conflictos armados ambientales mediante satélites: Mendez, Fernando & Valánszki, István, Journal of Environmental Geography, 13. 1-14. 10.2478 (2021)

Con estas nuevas herramientas y métodos también llega la capacidad de cuantificar la pérdida ambiental y el daño ligado a los conflictos armados. Estos datos pueden ser esenciales durante el ciclo de conflicto.

Personal de atención de emergencias y organizaciones humanitarias pueden usar esta información durante el conflicto para priorizar su apoyo, mientras las autoridades relevantes pueden aplicarla para realizar evaluaciones ambientales post-conflicto para los esfuerzos de limpieza de remediación y restauración.

Por último, hay una tendencia cada vez más extendida de hacer que los actores militares, tanto estatales como no estatales, se hagan responsables por los daños ambientales, ya sea mejorando las actuales prácticas legales o desarrollando nuevos principios bajo el Estatuto de Roma, como «ecocidio«. Más allá de los daños ambientales relacionados con el conflicto hay varios ejemplos de investigadores y periodistas usando reportaje de fuente abierta para rastrear crímenes ambientales, como el tráfico de especies salvajes y las prácticas de minería artesanal sin regulación.

Analizar el impacto del conflicto sobre el medio ambiente

El primer paso para evaluar el impacto de la guerra sobre el medio ambiente involucra verificar y almacenar de forma segura los datos. Esto implica archivar todas las imágenes, grabaciones y contenido de redes sociales, lo cual puede hacerse de varias formas. Una herramienta popular empleada por las autoridades policiales y periodistas es Hunchly, una aplicación que captura tu actividad en el navegador y archiva los datos de forma que no se pueden alterar, para su posterior uso en procedimientos judiciales. También hay iniciativas como Mnemonic, que archiva todos los datos en línea capturados durante una investigación, con ejemplos de Siria, Yemen y Ucrania.

Los datos sobre eventos de conflicto pueden encontrarse en un amplio rango de redes sociales, pero la relevancia de una determinada red social depende de la popularidad de las plataformas en cada país. En Europa oriental, Rusia y los países de Asia Central, por ejemplo, VKontakte y Telegram son más populares que TikTok, Twitter e Instagram. Sin embargo, estos últimos portales son un mejor recurso cuando se investiga en Asia Oriental y Europa. En muchos países africanos, Facebook es una importante plataforma de redes sociales. Cada una de estas plataformas presenta sus propios retos en términos de reunir y verificar los datos. Bellingcat proporciona un excelente panorama en su Online Investigation Toolkit (Herramientas de investigación en línea), que les da a los usuarios una guía sobre qué datos pueden encontrarse dónde.

Construir una base de investigación a partir de bases de datos existentes puede ser una poderosa forma de iniciar un mapeo de conflictos. El portal Humanitarian Data Exchange (Intercambio de Datos Humanitarios) contiene una variedad de conjuntos de datos aportados por agencias de Naciones Unidas y grupos humanitarios, que son un punto de partida esencial, ya sea analizando poblaciones, asentamientos, evaluaciones de daño urbano o acceso al agua. El portal también incluye datos de monitoreo de conflicto mundial, como ACLED, que utiliza información de fuente abierta sobre bombardeos, ataques aéreos y alzamientos, que pueden descargarse en formatos crudos y procesados con herramientas de geoinformación como QGIS. Otra alternativa de fuente abierta con opciones gratis o pagadas es Liveuamap, uno de los primeros portales de rastreo de conflictos que influyó los reportajes de la guerra civil en Siria, y ahora se usa para monitorear la invasión de Rusia a Ucrania. Hay también portales de monitoreo regionales que a menudo son bastante acertados, como el Rojava Information Center, en el nororiente de Siria, el Counter Extremism Project, en Siria central, y proyectos de rastreo de conflictos hechos por Bellingcat y el Centre for Information Resilience, sobre Ucrania y Myanmar. Pueden encontrarse proyectos similares en diferentes regiones geográficas del mundo.

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Los portales de monitoreo regionales, como el Counter Extremism Project en Siria, pueden ser recursos útiles para rastrear el daño a propiedades o el medio ambiente durante las guerras o el conflicto. Imagen: toma de pantalla, Counter Extremism Project.

Satélites: un recurso clave

Hay muchas constelaciones de satélites orbitando la Tierra con sensores ópticos (pasivos) y sensores de radar (activos), capturando lo que está sucediendo bajo ellos. Desde datos de bajo resolución que se usan para la observación meteorológica hasta imágenes de muy alta resolución que pueden hallar a individuos, la observación de la Tierra es un activo vital en la caja de herramientas de la investigación de fuente abierta. Por fortuna para los investigadores, una cantidad sustancial de datos son libres, ya sea directamente de la fuente, como NASA y su equivalente europeo, ESA, o aportados por plataformas en línea de terceros. Aquí hay algunas herramientas útiles para «mirar desde el cielo». (Para tener información más detallada, consulta el panorama de GIJN sobre el uso de imágenes satelitales).

  • Sentinel-Hub: Esta plataforma alberga una gran variedad de datos de sensores de satélites de resolución mediana a baja (10-500 metros), incluyendo imágenes Landsat de NASA (con archivos que se remontan a la década de 1990), datos de constelaciones Sentinel ESA, incluyendo MODIS, datos ópticos Sentinel-2/3, datos de radar Sentinel-1 y datos de monitoreo atmosférico Sentinel-5P. Con un mínimo de cinco días de órbita para Sentinel-2, también existe la posibilidad de obtener imágenes satelitales actualizadas. Esto es útil para detectar la contaminación que producen los grandes emisores. La plataforma también ofrece la opción de comprar imágenes de alta resolución (0,4 – 3 metros) de Airbus, Maxar y Planet. La versión gratis Sentinel Playground es limitada, pero tiene algunas opciones muy útiles. El nivel con pago del Sentinel EO Browser concede acceso a todas las imágenes e incluye opciones para hacer imágenes con lapso de tiempo, descargar datos crudos, comprar fotografías de alta resolución y hacer panoramas 3D. No obstante, hay opciones para que los investigadores obtengan acceso gratis a los datos de EO Browser. Los usuarios de Sentinel-Hub también han desarrollado una amplia gama de scripts personalizados que pueden aplicarse a derrames de petróleo, deforestación, incendios forestales, zonas quemadas e inundaciones, incluyendo un foco especial en daños ambientales ligados a conflictos.
  • Google Earth Pro: Esta importante herramienta ofrece imágenes de muy alta definición de Maxar y Airbus, y puede ser un recurso clave para identificar y geolocalizar. La versión de escritorio también tiene datos históricos de imágenes, que es útil para rastrear cambios ambientales en un lugar. También incluye opciones de medición, la capacidad de crear polígonos, descargar imágenes y construir bases de datos al resaltar lugares, entre otras opciones.
  • EarthView: Esta plataforma de observación planetaria de la NASA tiene una rica variedad de imágenes en baja y mediana resolución, con una plétora de sistemas sensores, algunos mostrando la Tierra casi en tiempo real, con fotografías en baja resolución actualizándose cada hora. El portal proporciona diferentes tipos de datos sobre peligros y desastres que pueden usarse al rastrear conflictos. El Visible Infrared Imaging Radiometer Suite (VIIRS), de la NASA, puede usarse para detectar calor. Esto es útil si hubo un ataque en un lugar que llevó a un incendio, o para encontrar quemas provenientes de la industria de petróleo y gas.

Conjuntos de datos sobre el clima y el medio ambiente

Hay grandes conjuntos de datos pre-existentes que pueden ser muy útiles para investigar el contexto ambiental de una zona de conflicto y que son valiosos para entender lo que sucede en el terreno a lo largo del tiempo. El auge de las plataformas de datos, con análisis listos para su uso, es un valor añadido por haber una mayor observación de la Tierra. Los datos son fáciles de usar por personas no expertas y son confiables. Una base de datos importante es Global Forest Watch, en la cual los usuarios pueden obtener datos agregados sobre la pérdida forestal por país e imágenes satelitales más recientes. Esta iniciativa hace parte de los conjuntos de datos más amplios desarrollados por el World Resource Institute en su portal Resource Watch, con cientos de opciones disponibles, incluyendo presión sobre recursos acuíferos, especies en vía de extinción, reservas naturales y zonas de cultivo, por ejemplo. Para ahondar en la industria de petróleo, SkyTruth es un recurso invaluable para rastrear zonas incendiadas y cuantificar contaminación del aire, y es también una excelente fuente de inteligencia sobre informes de derrames de petróleo. Para quienes quieren profundizar en observación terrestre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha establecido una colaboración con Google Earth Engine para desarrollar Earth Map, una caja de herramientas con múltiples capas de datos sobre todo lo relacionado con medio ambiente.

Es posible acceder a información de trasfondo sobre dinámicas ambientales en países específicos y problemas de contaminación de largo plazo mediante solicitudes de datos a Naciones Unidas. La Convención de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica y la Convención de Naciones Unidas para Combatir la Deforestación, tienen perfiles de países con informes nacionales, mientras el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente también tienen informes ambientales específicos (post-conflicto). Todas estas herramientas y conjuntos de datos son apenas la punta del iceberg, pero son un buen punto de partida para explorar casos específicos ambientales relacionados con un conflicto y promover la rendición de cuentas por daños ambientales causados por estados o grupos armados no estatales. Al usar una aproximación basada en capas con conjuntos de datos pre-existentes, datos humanitarios e imágenes satelitales para verificación, los investigadores pueden ahora identificar y rastrear daño ambiental ligado al conflicto. Si bien toma tiempo cuantificar los impactos a largo plazo, ahora se puede recoger y visualizar una gran riqueza de información, y usar para mejorar las políticas ambientales en la respuesta humanitaria y los mecanismos de rendición de cuentas.

¿Crímenes de guerra ambientales?

Actualmente hay opciones limitadas para lograr que los estados y grupos armados no estatales rindan cuentas sobre daños ambientales. La vara es muy alta para violar la ley internacional humanitaria sobre el medio ambiente. Específicamente, exige documentar un «amplio y severo daño ambiental a largo plazo»: un nivel al que, llamativamente, nunca se ha llegado antes oficialmente. Bajo el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, la vara es aún más alta. El daño sólo se puede considerar un crimen de guerra si viola el principio de proporcionalidad (si es excesivo con respecto a la ventaja militar prevista).

Causar daño al medio ambiente también puede violar otras reglas de la ley internacional humanitaria, y algunas pueden constituir crímenes de guerra, como la destrucción de ambientes necesarios para la supervivencia de la población civil, la destrucción de ciertas instalaciones, como represas y estaciones de generación de energía nuclear, o daños que directamente causan desplazamiento. Otros principios de la ley internacional también pueden proporcionar protección al medio ambiente, aunque su aplicación en los conflictos armados no siempre es obvia. La Comisión de Derecho Internacional ha adoptado una serie de Principios en Borrador para la Protección del Medio Ambiente en Relación con Conflictos Armados, que aporta cierta guía legal, y el Comité Internacional de la Cruz Roja publicó unas Directrices Sobre la Protección del Medio Ambiente Natural en Conflictos Armados, que también proporciona consejos para su implementación por parte de quienes participan en el conflicto armado. Mientras se desarrolla la ley en esta área, la rendición de cuentas en el ámbito político puede tener la mayor influencia.

La invasión de Rusia a Ucrania puede ser un momento catalizador para construir unas mejores políticas ambientales de monitoreo y rendición de cuentas entre estados, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales. En Ucrania, los grupos de la sociedad civil y las agencias gubernamentales usan los reportajes en medios públicos para mapear áreas en el portal Ecodozor, para mostrar dónde potencialmente ha ocurrido daño ambiental. El Centre for Information Resilience incluye datos verificados sobre daño ambiental y daño a infraestructura civil en su proyecto Eyes on Russia, y en PAX for Peace todos estos datos se recogen y analizan para ser publicados en el detallado Environment and Conflict Alerts. Todos estos esfuerzos han presionado a los gobiernos para que actúen. Hoy hay iniciativas promovidas por los estados y apoyadas por las Naciones Unidas para identificar y monitorear daño ambiental relacionado con el conflicto, como este Centro de Coordinación en Ucrania. Estos esfuerzos podrían ser una base útil para procesar en el futuro a estados por daños ambientales, aunque el foro y el marco para ello aún está por determinarse.

Estudios de caso

Tala ilegal en el bosque del lago Maydanki en Siria

Más de una década de guerra civil ha tenido serios efectos sobre los bosques de Siria. El Environmental Journal Atlas documentó cómo el aumento en los precios de la gasolina ha llevado a que civiles y grupos apoyados por Turquía acudan a la tala sin control del bosque del lago Maydanki para reunir leña para su cocina y calefacción. Los informes en redes sociales junto con datos de Global Forest Watch son una excelente herramienta para revisar rápidamente las áreas con la mayor pérdida de bosque, que se complementó con imágenes satelitales.

Buques petroleros fantasma con derrames en el puerto de Adén en Yemen

En 2015, luego de duros combates en la guerra civil de Yemen, unos tanques petroleros fueron abandonados en el puerto de Adén y a menudo tenían derrames de combustible pesado, generando impactos ambientales locales y afectando los medios de vida de las personas de la zona. Al usar datos de Planet y Sentinel-2, así como datos históricos de alta resolución de Google Earth Pro y manifiestos de embarque de las autoridades portuarias de Yemen, PAX for Peace identificó a los buques y sus dueños, y el artículo ayudó a reunir fondos para una revisión ambiental y limpieza.

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PAX for Peace usó imágenes satelitales Planet y Sentinel-2 para identificar «buques petroleros fantasma», abandonados en el puerto de Adén, con derrames que estaban causando daños ambientales. Imagen: toma de pantalla, PAX for Peace.

Bomba de tiempo tóxica en la región de Donbás, Ucrania

Antes de la invasión de Rusia de 2022, el riesgo por desastre ambiental ya era perceptible en Donbás, a causa de los ataques con artillería a fábricas industriales durante los últimos ocho años. En este artículo publicado en Bellingcat, en 2017, los conjuntos de datos de fuente abierta se mezclaron con la herramienta Flash Environmental Assessment, para hacer un panorama de los riesgos ambientales relacionados con fábricas específicas que almacenaban sustancias peligrosas si eran golpeadas por artillería.

Recursos adicionales

Investigar crímenes de guerra: entrevistas a víctimas y sobrevivientes

¿Se pueden utilizar los chatbots de IA para la geolocalización?

Guía para investigar amenazas digitales


Wim ZwijnenburgWim Zwijnenburg es líder del proyecto de desarme humanitario de PAX. Trabaja en cuestiones relacionadas con los conflictos y el medio ambiente en Oriente Medio, el uso y la proliferación de tecnologías militares emergentes y el comercio de armas.

 

Ron Haviv, VII FoundationRon Haviv es director y cofundador de The VII Foundation y cofundador de VII Photo Agency. En las últimas tres décadas, Haviv ha cubierto más de veinticinco conflictos y ha trabajado en más de cien países. Su obra, galardonada con numerosos premios, figura en museos y galerías de todo el mundo.

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