Niñas sudanesas vistas en Darfur, Sudán, 2005. La niña de 12 años que lleva el pañuelo a rayas (frente) cuenta cómo fue separada de sus dos amigas y violada por soldados del gobierno sudanés. Imagen: Cortesía de Ron Haviv, VII
Investigar crímenes de guerra: entrevistas a víctimas y sobrevivientes
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Crímenes de guerra
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Investigar crímenes de guerra: entrevistas a víctimas y sobrevivientes
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Investigar crímenes de guerra: autocuidado y sucesos traumáticos
Como periodista de investigación que entrevista a testigos de posibles crímenes de guerra, te encontrarás con una constante: es un trabajo que involucra traumas. Los reporteros se enfrentan constantemente con situaciones que implican muerte, lesiones y violencia sexual.
Algunos de los contactos de un reportero serán testigos periféricos de la violencia; otros, sobrevivientes de ataques militares directos, y algunos otros pueden haber sido objeto de crueldad interpersonal, expresada en tortura, violencia sexual o detención en condiciones inhumanas. Es probable que la magnitud del impacto sea mayor en las personas más cercanas a los acontecimientos.
Todas las personas que conozcas en una zona de conflicto habrán tenido que adaptarse a vivir con amenazas omnipresentes, trastornos e inmensa incertidumbre. Este capítulo explora cómo realizar entrevistas eficaces y sensibles en este contexto.
Puntos de partida
A los periodistas les preocupa que el hecho de hablar de experiencias dolorosas pueda volver a traumatizar a la persona entrevistada. Sin embargo, muchos expertos en trauma creen que esta expresión puede crear más confusión que claridad al momento determinar dónde se encuentran los riesgos.
Algunos ejemplos de comportamientos que deben evitarse: que una fuente sea entrevistada en exceso por una procesión de periodistas, obligar a alguien a hablar de detalles que preferiría no contar, desestimar o ignorar el estado emocional de una fuente y carecer de transparencia sobre cómo se utilizará su contribución.
Las sugerencias que se ofrecen a continuación profundizan en la manera de fomentar una sensación seguridad en estas conversaciones, otorgando la capacidad de elegir y el control a los entrevistados. Trabajar de este modo también aumentará las posibilidades de obtener un relato preciso y esclarecedor.
No olvides que los sobrevivientes y los testigos suelen valorar mucho la oportunidad de que su historia sea escuchada.
Comienza con un plan claramente establecido
Cuanta más claridad interna tengas, especialmente sobre cuáles son tus límites como periodista, mejor posicionado estarás para una entrevista. El siguiente mantra silencioso puede parecer obvio, pero es fácil perderlo de vista cuando se habla con alguien en una situación difícil. Antes de ponerte en marcha, es útil recordar lo siguiente: Puedo facilitar los intentos de una persona por contar la información más relevante que sea capaz de compartir -y hacerlo bien-, pero no puedo quitarle su dolor ni arreglar la situación.
Enfrentados al horror, los periodistas a menudo se sienten obligados a hacer promesas que no pueden cumplir, como ofertas de apoyo emocional futuro, ayuda a la comunidad o la certeza de que se hará justicia. Esto puede hacer que los entrevistados se sientan traicionados y que los entrevistadores sientan que han fallado moralmente.
Otras buenas prácticas para planificar una entrevista:
Dedícale el tiempo suficiente. Las personas necesitan mayor espacio en la conversación para relatar experiencias emocionalmente desafiantes, no hay que apresurarlas. Si motivos de seguridad dictan que dispones de poco tiempo, explícalo de antemano y centra la conversación en aspectos más superficiales de la historia.
Prepárate para su angustia (y la tuya). Estar preparado para la posibilidad de que la conversación resulte dolorosa tanto para el entrevistado como para ti puede facilitar las cosas. Tomarse unos minutos para reflexionar sobre esto es como ponerse un abrigo antes de salir en un día de lluvioso. Puede que la lluvia se cuele por algunos sitios, pero eso es lo normal.
Investiga el contexto. Distintas culturas pueden tener sensibilidades diferentes en cuanto al contacto visual, la proximidad física, el género, etc. Si no eres del lugar, infórmate. Quienes trabajen con traductores encontrarán en esas conversaciones un buen manual para superar las diferencias culturales a la hora de obtener el consentimiento de los sujetos. Y, por supuesto, infórmate sobre los antecedentes históricos y culturales, incluidos los acontecimientos políticos recientes.
Cada historia es única. Hacer muchas entrevistas casi idénticas puede inducir a alguien a creer que ya sabe lo que va a decir la siguiente persona. Es una trampa fácil, pero potencialmente tóxica, que puede socavar interacciones productivas.
Busca a la persona más allá de la atrocidad. Las descripciones de sucesos horripilantes tienen el poder de absorbernos y, al mismo tiempo, ocultar las dimensiones positivas de la vida de las personas. Ten cuidado de no reducir a alguien a lo peor que le ha ocurrido. Recuerda que es probable que las personas lean lo que escribes sobre ellas. Este recurso discute tus responsabilidades a la hora de escribir sobre atrocidades y cubrir detalles gráficos.
Intenta no mezclar tus experiencias con sus experiencias. Tener antecedentes personales o traumas similares puede generar algunas ideas valiosas como entrevistador, pero ten cuidado con las formas poco útiles de proyección. La conversación debe centrarse principalmente en las personas entrevistadas, así que comparte detalles personales de forma adecuada y con moderación.
Comprende el papel del trauma en la memoria. La codificación de la memoria, la forma en que el cerebro crea recuerdos, funciona de manera diferente durante acontecimientos intensos que ponen la vida en riesgo. Después, las personas pueden reordenar inadvertidamente los acontecimientos fuera de secuencia, confundir quién hizo exactamente qué, o tener lagunas mentales en lo que pueden recordar. Las incoherencias no son en sí mismas pruebas de un engaño. Tendrás que utilizar varias fuentes para construir líneas de tiempo y comprobar los hechos con delicadeza de forma que no implique que no les crees. Ten en cuenta que puede ser injusto esperar que algunas fuentes aclaren ciertos detalles.
Considera cómo implicar a las fuentes en las decisiones visuales sobre sus vidas. Los sobrevivientes suelen sentirse molestos cuando los periodistas toman imágenes suyas o de sus familiares de las redes sociales sin consultarles primero. Les parece invasivo y puede que las imágenes no correspondan con cómo les gustaría que se recordara a sus seres queridos. Tomar y utilizar imágenes y vídeo es un ámbito complejo que se beneficia de la planificación previa y de dar prioridad al consentimiento siempre que sea posible.
Cuanto más sepa sobre el trauma, más ideas tendrá el reportero sobre formas innovadoras e impactantes de cubrir estas historias. Consulte el sitio web del Dart Center para ver ejemplos de cómo otros periodistas han abordado estos retos.
Incluye un plan para la seguridad física de tu entrevistado
En zonas de crisis, eres responsable de evaluar el riesgo para la seguridad física de tus entrevistados, así como la tuya propia. Hazte algunas preguntas clave: ¿podría una entrevista exponer a tu fuente a un peligro mayor? ¿existe la posibilidad de una reacción violenta por parte de la comunidad? ¿es necesario proteger el anonimato? ¿quién no debería estar presente? ¿cómo podemos hablar sin que nos escuchen? Esta guía sobre cómo cubrir la violencia sexual relacionada con los conflictos -específicamente los capítulos dos y ocho– ofrece listas detalladas de puntos a discutir con tus editores.
Toma cuidados adicionales con el consentimiento
El entrevistado debe tener claro en qué se está metiendo al hablar con un reportero; puede que no le resulte obvio. Por eso, tómate más tiempo para explicarle en qué consiste el proceso y cómo se utilizará su contribución, incluida la forma en que tienes previsto grabar y editar las imágenes y el sonido.
Descubrir que el producto final también incluye las voces de los presuntos agresores puede suponer una sorpresa desagradable para las víctimas que no se lo esperan.
Preguntar a la persona entrevistada qué espera obtener al hablar contigo puede ayudar a sacar a la luz presuposiciones ocultas. Por ejemplo, tal vez sea necesario dejar claro que no puedes garantizar que hablar contigo llevará al agresor ante la justicia.
Tus fuentes también deben saber que, gracias a Internet (o a la piratería audiovisual), todo lo que se publique puede ser accesible a cualquiera, incluidas las personas de su comunidad. Puedes mostrarles ejemplos de trabajos similares y advertirles de que el troleo puede ser una posibilidad.
Si hay algún aspecto de la concesión de una entrevista que pueda complicar su capacidad de obtener reparación legal en el futuro, explícaselos también. Los principales peligros giran en torno a la ruptura de la cadena de custodia, la formulación de preguntas capciosas que podrían sesgar las respuestas y el hecho de que una fuente ofrezca voluntariamente relatos múltiples que contengan incoherencias aparentes.
Piensa en la conversación sobre el consentimiento como en una audición. Si es probable que un colaborador o una fuente abandonen el proyecto, conviene saberlo pronto, sobre todo en el caso de películas y proyectos que pueden requerir mucho tiempo.
Cede el control cuando puedas
Los traumas suelen reducir la sensación de control de las personas. En respuesta, busca formas de reforzar la capacidad de acción del entrevistado. Incluso gestos pequeños pueden marcar la diferencia.
- Involucra a las personas en la decisión sobre el lugar de la entrevista y si desean que alguien que conozcan esté presente.
- Reconoce que hablar puede ser difícil y explica que no hay necesidad de discutir nada de lo que prefieran no hablar. Pregunta con antelación si hay algún tema que prefieren no tratar.
- Durante la conversación, vuelve a comprobar los permisos ocasionalmente con: «¿está bien si pregunto sobre…?».
- Intenta no buscar suscitar sentimientos. La clásica pregunta «¿cómo te sentiste?» puede indagar en las emociones de una forma que resulta desequilibrante.
- Sé consciente de que los interrogadores también utilizan preguntas breves y directas, del tipo ¿por qué? Formular preguntas como: «¿por qué hiciste eso?» puede implicar que alguien cometió un error y amplificar la sensación de culpa.
- Si encuentras resistencia, no insistas demasiado. Encuentra otra vía para obtener la información que necesitas.
Ten en cuenta que las estrategias habituales que emplean los reporteros para entrevistar a figuras poderosas, como empresarios y políticos, suelen consistir en arrebatar el control a esas fuentes y presionarlas para que revelen más de lo que les resulta cómodo. Aún necesitas obtener cierta información, pero es mejor dejar de lado esos reflejos al lidiar de víctimas o testigos presenciales de atrocidades.
Facilita una buena conversación
Tener un plan sigue siendo importante cuando se entrevista a sobrevivientes o víctimas. Estas conversaciones se benefician de estar bien estructuradas y tener objetivos claros.
Escucha activamente. Nada refuerza tanto la sensación de estar en buenas manos como sentirse escuchado. Cuando un periodista está totalmente presente, la gente suele perdonar la necesidad de tomar notas o comprobar el sonido.
Intenta estructurar en tercios. Dividir la conversación de modo que los acontecimientos más difíciles queden en medio puede reducir el riesgo de que el entrevistado deje el encuentro con los peores detalles aún en mente.
Empieza con temas que puedan ser relativamente seguros o neutros. Así también se construye una buena relación. A continuación, pasa a los acontecimientos clave que necesitas explorar. Por último, intenta reconducir la conversación a un terreno más seguro. No hay una ciencia exacta para esto. Si el conflicto ha terminado, puedes preguntar sobre la vida después de la guerra. Encontrar un terreno menos traumático para terminar es más difícil si los combates continúan o si son recientes. Siempre puedes preguntar qué planea hacer la persona después de la entrevista, ese mismo día o esa misma semana.
Privilegia las preguntas sencillas y abiertas. Empezar con un tema amplio, por ejemplo: «¿qué puede contarme sobre el día en que llegaron los soldados?», puede ser más fácil de responder que preguntas muy específicas. Una pregunta abierta permite a los interlocutores elegir lo que les resulta más cómodo compartir. Una vez que se ha realizado un mapeo, los reporteros pueden volver con preguntas más concretas y detalladas.
Como ya se ha dicho, la memoria traumática suele ser fragmentada y menos lineal. La pregunta «¿qué pasó después?» puede resultar sorprendentemente difícil de responder. En su lugar, «¿qué más puede contarme sobre X?» puede suscitar una respuesta más útil.
No pierdas de vista el reloj. Hablar de traumas puede ser agotador, y las personas pueden olvidar sus propias necesidades por el deseo de ayudar. Al principio, recuerda a los entrevistados que pueden tomarse un descanso en cualquier momento y, durante la conversación, mantente atento a cualquier signo de fatiga inusual. Puedes ofrecer la posibilidad de continuar otro día.
Termina bien. Ten en mente un plan para mantenerte en contacto después y siempre cumple las promesas que hagas. Considera la posibilidad de leer en voz alta las citas que utilices para que tu fuente sepa qué esperar de la publicación.
Como ya hemos dicho, no eres un médico, por lo que ofrecer consejos detallados y no solicitados no suele ser una buena idea. Pero si alguien expresa interés en buscar ayuda adicional, puedes orientarle hacia las organizaciones y recursos locales pertinentes.
Acepta lo que sucedió
Reconoce la angustia de las personas. Dependiendo de lo que sea apropiado para la situación, puedes decir variaciones de lo siguiente: “siento mucho lo que te pasó» o «debe de haber sido increíblemente duro».
Las grandes emociones como la vergüenza, la culpa, la ira, el miedo y la impotencia son las corrientes invisibles que impulsan el clima de la guerra. La gente suele culparse por cosas sobre las que no tenían ningún control. En los casos de tortura y violencia sexual, el estigma puede perdurar en algunas comunidades.
Si alguien te cuenta detalles que te horrorizan, evita revelar tus sentimientos poniendo una cara incómoda o cualquier otra detalle que pueda fomentar los sentimientos de vergüenza de la fuente.
Llorar no es inusual en estas entrevistas. De hecho, suele ocurrir cuando la gente empieza a sentirse segura en la conversación. De nuevo, mantente abierto. Puedes darle a alguien un momento para que se serene y preguntarle si quiere un breve descanso o si prefiere continuar.
A veces, las personas pueden volver a experimentar elementos del dolor real que sufrieron durante la agresión. El entrevistado puede empezar a disociarse o a ponerse en estado de alerta, como si volviera a estar en peligro. Hay que tener mucho cuidado en estos momentos, ya que puede ser una señal de que alguien está empezando a perder el control de sus emociones.
Si alguien tropieza con un recuerdo, no escarbes en esa laguna, ya que puede desorientarlos aún más y socavar sus esfuerzos por cuidar de sí mismos. Del mismo modo, evita el contacto directo: puede parecer invasivo.
En su lugar, instaura la calma y cambia la conversación de forma que ayude a la persona a centrarse de nuevo en el presente -es decir, en estar en la habitación contigo- en lugar estar de vuelta en la experiencia de lo ocurrido. Esta guía contiene consejos más detallados al respecto.
Si los entrevistados se enfadan, expresan opiniones que te resultan difíciles de escuchar o se quejan de pérdidas personales que parecen triviales en comparación con otras personas a las que has entrevistado recientemente, deja que expresen sus sentimientos. Probablemente no sea el momento de rebatirles.
También hay aquí una dimensión de seguridad: si alguien se vuelve amenazador, encuentra una vía para reducir la tensión y una salida rápida de la conversación.
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Gavin Rees es asesor senior de formación e innovación en el Dart Center for Journalism and Trauma, una organización dedicada a promover enfoques éticos en la cobertura del trauma y la violencia. Con formación previa en periodismo audiovisual y realización de documentales, Gavin trabaja desde 2008 como formador y consultor de organizaciones de noticias, productoras cinematográficas y organizaciones de apoyo a los medios de comunicación en más de 25 países. Fue uno de los principales productores de la película de la BBC «Hiroshima», que ganó un Emmy Internacional en 2006. Es miembro de la junta directiva de la UK Psychological Trauma Society y formó parte de la junta directiva de la European Society for Traumatic Stress Studies durante más de diez años.
Ron Haviv es director y cofundador de The VII Foundation y cofundador de VII Photo Agency. En las últimas tres décadas, Haviv ha cubierto más de veinticinco conflictos y ha trabajado en más de cien países. Su obra, galardonada con numerosos premios, figura en museos y galerías de todo el mundo.