Ilustración realizada por Smaranda Tolosano para GIJN
Consejos de una periodista: Diana Salinas (Colombia)
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Colombia ha sido durante varios años uno de los países más peligrosos de América Latina para ser periodista. Reporteros sin fronteras advierte que cubrir la corrupción o el crimen organizado a menudo pone a los reporteros en situaciones de “acoso, intimidación y violencia sistemática”.
Pero indagar en quienes tienen el poder e investigar cómo funciona el dinero, la corrupción y la política es “parte del ADN” de Diana Salinas y sus colegas en Cuestión Pública.
Conocí a Diana en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (COLPIN) en Río de Janeiro, Brasil. Me impresionaron sus reportajes, así como su modestia, incluso cuando hablaba de las investigaciones que ha realizado para denunciar el abuso de poder en su país.
La periodista cuenta con una amplia experiencia en Sudamérica: después de completar una maestría en periodismo en Buenos Aires, trabajó como reportera para La Nación. Posteriormente, de regreso a Colombia, se incorporó al noticiero televisivo Noticias Uno, donde obtuvo dos Premios Simón Bolívar, incluido uno a la mejor investigación en televisión.
En 2018, ella y dos colegas fundaron Cuestión Pública, ya que querían investigar y sacar a la luz aquello que los poderosos quieren ocultar. En reconocimiento a su trabajo, el año pasado el equipo recibió el Premio Rey de España, uno de los galardones más prestigiosos para medios de comunicación de habla hispana.
Salinas habló con GIJN como parte de nuestra serie de entrevistas para compartir su investigación favorita, consejos para los periodistas sobre cómo desafiar a los poderosos y mantenerse seguros al informar.
GIJN: De todas las investigaciones en las que has trabajado, ¿cuál ha sido tu favorita y por qué?
Diana Salinas: Es difícil. Me he enamorado de muchas investigaciones realizadas. Pero la que está invariable como favorita siempre es «Sabemos lo que hiciste», el trabajo que fundó a Cuestión Pública de la que partió el método ecléctico de creatividad, datos e investigación clásica, bajo el foco de seguir la ruta del dinero a los congresistas.
GIJN: ¿Cuáles son los mayores desafíos relacionados al periodismo de investigación en Colombia?
DS: La violencia es el mayor. Ejercer un papel de contrapoder desde el periodismo trae amenazas, acosos judiciales y maltrato de bodegas digitales en redes. A eso se suma, estar en un país con altos índices de crimen organizado y con una protección mermada hacia los medios y los periodistas por parte de todos los agentes y participantes de la democracia. Incluidas las audiencias, que cuando se investiga al personaje del cual son fans, de inmediato se ejerce violencia discursiva, ataques de credibilidad.
Luego está investigar a un gobierno de izquierda. La gente cree que ejercer nuestro papel responde a un ataque político, que estamos comprados por la derecha o que sencillamente ese trabajo estaba bien, pero con gobiernos anteriores. Me preocupa, en lo particular, la posición del presidente frente al periodismo y las ganas por informar y establecer como verdad solo su punto de vista. Aunque termina siendo paradójico, porque retoma nuestras investigaciones para hablar de temas espinosos como el narcotráfico, las pensiones, entre otros. Por último están los desafíos de todo el mundo: el manejo de las noticias falsas, no caer en rumores por la inmediatez, sobrevivir a los sesgos propios, la crisis de credibilidad hacia todo aquel que dice ser periodista, investigar a políticos fanáticos.
GIJN: ¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado como periodista de investigación — censura, peligro personal, búsqueda de fuentes, discriminación?
DS: He pasado por todas. No sé cuál ha sido peor, si la censura o el peligro personal. Creo en el autocuidado y la prevención, por eso no he vivido situaciones de violencia con daños irreversibles. Lo que sí me tomó por sorpresa fue que terminaran con un programa periodístico, con un equipo de casi veinte personas, por una investigación que le adelanté al entonces presidente del Congreso. Nunca había sentido el silenciamiento de una investigación por el pedido de un poderoso. Viví la horrible soledad que impone la mordaza a la prensa. La sensación de ser aplastada.
GIJN: ¿Cuál es tu mejor consejo o truco para entrevistar?
DS: Preguntar lo que mi curiosidad dicta, preguntar de frente sin arandelas y tratar de no terminar hasta quedar satisfecha con las dudas que tengo o surgen. Preparo siempre un cuestionario corto que sirve para orientar o no olvidar ciertos temas. No obstante, siempre estoy atenta a las respuestas del entrevistado con el fin de preguntar nuevamente, así la entrevista tome rumbos insospechados.
GIJN:5. ¿Cuál es tu herramienta, base de datos o aplicación favorita para realizar tus investigaciones?
DS: Excel, que como Dios, está por encima de todas las cosas. Jejeje, broma… Aunque es verdad, lo uso hasta para tomar apuntes de lectura. Para sistematizar documentos, realizar bases de datos, posibles cruces, en fin. Es la manera más eficiente, a mi modo de ver, de no perder tiempo. Con Cuestión Pública tenemos una base de datos interna de aplicaciones y lugares de búsqueda digitales. Me fascina Secop, que es para buscar la contratación pública. El RUES, de la cámara de comercio. Las herramientas del Instituto Agustín Codazzi para catastro, georeferenciación a partir de matrículas inmobiliarias. Panadata y las bases de OCCRP.
GIJN: ¿Cuál es el mejor consejo que has recibido hasta ahora y qué consejo le darías a alguien que quiere ser periodista de investigación?
DS: Ante la duda detente. Es el mejor consejo recibido. Me lo dijo Ignacio Gómez, subdirector del noticiero Noticias Uno, hace mucho tiempo. Me sirve para no publicar nada que esté flojo o crudo. No es el único, pero este lo aplico para casi todo. El mejor consejo que puedo dar… Además del anterior, diría que una buena investigación se define en dos etapas: la primera, la capacidad que tengas para encontrar piedras preciosas en un socavón. La segunda: cuando la identificas, y le das con ese clavo y martillo hasta encontrarla, hay que saber extraerla, para luego pulir hasta lograr el diamante. Solo en ese punto publicar, no antes. Si logras imprimirle tu toque creativo, es aún mejor.
GIJN: ¿A qué periodista admiras y por qué?
DS: ¡A muchas! Siempre dije que cuando fuera grande quería ser aguda como Oriana Fallaci o Cecilia Orozco, rigurosa y avezada como María Teresa Ronderos, escritora como Laura Restrepo, incansable como Daniel Coronell, inteligente como Ignacio Gómez, prolífica como Olga Behar, auténtica e irreverente como Tom Wolfe, no sin acercarme a la prosa de Leila Guerriero, y como no, a la más querida y admirada Rosa Montero por ser ejemplo de lo que a mi modo de ver es la perfecta combinación: periodista y escritora de ficción.
No obstante, con el tiempo tengo profunda admiración por mis dos socios de Cuestión Pública: Claudia Báez y David Tarazona. Son los más duros en datos, en periodismo forense, en capacidad para trabajar en equipo, para liderar redacciones, son rigurosos, persistentes, honestos. Me inspiran a seguir adelante.
GIJN: ¿Cuál es el mayor error que has cometido y qué lecciones aprendiste?
DS: El mayor error… Publicar sin respetar el “off the record”. Fue un error monumental. Sucedió el segundo año de existencia de Cuestión Pública. La investigación tenía que ver con Odebrecht y varios poderosos de Colombia. Al cabo de unos minutos publicada, llamó una periodista pluma blanca —que está entre mis más admiradas— sorprendida. Tuvimos que bajarla de inmediato. Al medio le costó la confianza de la fuente que habíamos conseguido en Perú. La credibilidad de varios periodistas maduros y avezados que nos acompañaban. Algunos no me volvieron a abrir la puerta. La que más me interesaba, justamente por la admiración que le tengo, ya me perdonó (eso espero). Fue como tener que hacer los doce trabajos de Hércules por muchos años para enmendar el error.
GIJN: ¿Cómo evitas el queme, o el llamado burnout, al hacer periodismo de investigación?
DS: Duermo ocho horas diarias. Corro. Medito. Practico ballet, a veces. Yoga, a veces. Corro. Leo. Estudio el tarot (me encanta). Cuido mi jardín de plantas. Escribo todos los días al despertar. Sublimo con poesía, relatos, reflexiones. Trato de pensar en cosas que no sean periodismo. Trato de dedicarle tiempo a quienes amo y a las cosas que amo. Viajo. En fin, hago muchas cosas para no sucumbir a la fuerza obsesiva que me invade cuando investigo. Aún así caigo de vez en cuando. Me toca recordar lo importante para mí. De tal forma puedo comenzar de nuevo.
GIJN: ¿Qué te resulta frustrante del periodismo de investigación, o qué esperas que cambie en el futuro?
DS: Un día quise leer un libro de técnicas de periodismo de investigación y me di cuenta que en Colombia no había autoras mujeres en la materia. Además, pocas mujeres publican investigaciones de largo aliento. Decidí que quiero cambiar eso. Trabajo en ello desde hace unos tres años. Pronto espero tener una cosecha de alternativas.
Recursos adicionales
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Andrea Arzaba es la editora en español de GIJN. También es la directora del proyecto Amenazas Digitales en la misma organización. Como periodista y profesional de los medios, Andrea ha dedicado su carrera a documentar las historias de las personas en América Latina y las comunidades latinxs en los Estados Unidos. Su trabajo se centra en temas relacionados con la libertad de expresión, el cambio climático, la migración y el liderazgo de las mujeres.