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Illustration: Ann Kiernan for GIJN

El tráfico humano es un crimen persistente. Está extendido alrededor del mundo y los periodistas que lo investiguen pueden tener impacto real sobre este ámbito.
La esclavitud moderna es un mal que está a la vista de todos: en un establecimiento de masajes o en un buque pesquero atracado en un puerto local. Investigar el tráfico de personas puede ser un proceso lento.

Hay dos categorías básicas de tráfico de personas: la explotación sexual, que representa la mitad de los casos de tráfico humano, y el abuso laboral.

Se calcula que hay unas 40 millones de personas víctimas de esclavitud moderna. Según cifras de Naciones Unidas, la mayoría son mujeres, pero también hay hombres y niños. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también revela que los autores de este delito –los llamados traficantes o esclavistas–, en total obtienen 150 mil millones de dólares al año en ganancias ilícitas.

Las víctimas enfrentan graves peligros cuando hablan con periodistas. Están traumatizadas y se sienten amenazadas por sus captores, quienes les advierten que no busquen ayuda de nadie y, mucho menos, de un reportero. Sus vidas pueden estar en peligro cuando hablan con periodistas, así que aproxímate con cuidado a este tipo de trabajo. Los criminales están dispuestos a explotar a otros seres humanos. Pueden ser despiadados y querrán proteger sus intereses.

Con quién hablar

Teniendo lo anterior en cuenta, hay unos recursos excelentes para ayudar a los periodistas a investigar el tráfico de personas, comenzando por las organizaciones no gubernamentales (ONGs) que trabajan para ponerle fin a la esclavitud moderna. Las organizaciones globales, como la Organización Internacional para las Migraciones, la Fundación Minderoo Walk Free (Camina en Libertad), el Proyecto Polaris y Caridades Católicas.

Para los periodistas que trabajan el tráfico de personas, una buena parte del trabajo de rendición de cuentas surge de seguir el dinero y las cadenas de suministro.

La Misión Internacional de Justicia, por ejemplo, trabaja de cerca con las autoridades para identificar, arrestar y judicializar a los culpables. El Instituto Issara, por mencionar otro caso, se enfoca en grupos de comunidades migrantes y empresas, para realizar auditorías y darles voz a los trabajadores. También hay grupos como Free the Slaves, que buscan cambiar las condiciones que permiten la existencia de la esclavitud moderna. Muchas ONG tienen origen religioso, algunas son gubernamentales y otras están enfocadas en temas o países.

El primer paso al investigar el tráfico de personas es hablar con el mayor número de organizaciones posibles, al menos una docena, que trabajen este tema. Ellos pueden contactarte con sobrevivientes de esclavitud, señalar casos judiciales anteriores e identificar zonas específicas donde podrías encontrar tráfico de personas.

Por ejemplo, las fábricas de guantes de caucho en Malasia han sido denunciadas durante años por abusar laboralmente de migrantes, que, a menudo, deben pagar cuotas ilegales de reclutamiento. 

El tráfico sexual ha prosperado durante generaciones en ciudades del Medio Oriente, como Dubái y Abu Dabi. Las mujeres extranjeras entran al país bajo el pretexto de realizar trabajo doméstico y luego se les obliga a ejercer en la industria sexual. 

La esclavitud también ha sido bien documentada en la pesca comercial, donde las labores suceden en alta mar, sin supervisión. Los trabajadores migrantes son vulnerables al abuso o permanecen atrapados en un ambiente de explotación.

Muchos gobiernos y organizaciones como las Naciones Unidas publican informes anuales que aportan información específica, desde el lugar donde se da la esclavitud moderna. Entre ellos se hallan: el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, el Informe sobre Tráfico de Personas del Departamento de Estado de los Estados Unidos y Juntos Contra el Tráfico de Personas, de la Unión Europea. El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos también publica cada año una Lista de Bienes Producidos por Trabajo Infantil o Trabajo Forzado, donde se especifica 155 bienes de los que se sospecha hay abuso en la cadena de suministro, como textiles de Cambodia, balones de fútbol de India o carbón de Ucrania.

Parte del trabajo de rendición de cuentas para los periodistas que cubren el tráfico humano proviene de las cadenas de dinero y suministros. La observación de primera mano es la mejor manera de hacerlo. Si es posible, mira las etiquetas y las marcas, sigue los productos o las víctimas y trata de encontrar a las personas que se lucran de su abuso. Los datos comerciales de las cadenas de suministro les permiten a los periodistas rastrear los cargamentos, desde fábricas específicas hasta compradores en otro país.

Otro buen recurso para hacer seguimiento al dinero son los registros corporativos, que arrojan ingresos anuales, socios comerciales y relaciones de la compañía. También pueden ser útiles los registros de procesos judiciales, que identifican detalles sobre personas arrestadas por tráfico de personas y sus vínculos con otras organizaciones.

Casos de estudio

Mano de obra y esclavitud utilizada en el Reino Unido que proviene de Corea del Norte (The Guardian)

Imagen: Captura de pantalla

Mientras la pandemia de la COVID-19 se expandió por el mundo, la demanda de mascarillas, guantes, escobillones y batas se disparó, lo que desbordó de trabajo a las fábricas en China. En noviembre de 2020, the Guardian publicó una investigación exclusiva donde se revelaba que el gobierno del Reino Unido estaba comprando equipo protector de compañías chinas, que en secreto empleaba de manera forzada a mano de obra norcoreana. 

La investigación de tres meses halló que las personas esclavizadas, en su mayoría mujeres, estaban bajo vigilancia constante, sin poder salir y trabajaban unas 18 horas diarias. Una práctica común del régimen de Corea del Norte, que envía a sus ciudadanos de forma rutinaria a trabajar en el extranjero y luego recibe sus salarios. 

Las Naciones Unidas y los Estados Unidos lo han descrito como un crimen. De ahí que el gobierno del Reino Unido respondió con la promesa de mejorar la transparencia de su contratación estatal. Aparte, manifestó su rechazo al abuso laboral en estas cadenas de suministro y se comprometió a trabajar para ponerles fin.  

Aguas turbulentas: el comercio de esclavitud infantil (CNN)

Imagen: Captura de pantalla

En febrero de 2019, un reportaje de CNN reveló lo que las organizaciones periodísticas locales y los abogados llevaban denunciando durante años: unos 20.000 niños africanos estaban esclavizados en el Lago Volta de Ghana. Sus padres los venden a los pescadores a un precio de 250 dólares o los cambian por una vaca, para que pasen sus días desenredando redes de pescar y sin recibir un salario.

Para revelar esta práctica, los periodistas de CNN trabajaron con un abogado local, que rescata, alberga y educa a los niños que fueron esclavizados. En una pieza visualmente cautivante, CNN siguió a los niños mientras trabajaban y entrevistó a sus familias, captores y rescatadores. La investigación se convirtió luego en un documental de Joy News, lanzado en 2017 y titulado Slaves of the Volta (Esclavos del Volta), que tuvo un profundo trabajo con fuentes. La pieza contó las historias de niños que habían sido esclavizados y cómo esto impactó sus vidas.

Mariscos provenientes de mano de obra relacionada a la esclavitud (Associated Press) 

Imagen: Captura de pantalla

Durante 18 meses, periodistas de Associated Press rastrearon la comida de mar que se procesa para supermercados en Estados Unidos, así como alimentos para mascotas. El trabajo condujo a la liberación de más de 2.000 personas que hallaron en jaulas. Hubo judicializaciones, incautaciones financieras y un compromiso de la industria para mejorar las condiciones de trabajo. Esta investigación fue la primera de decenas sobre cadenas de suministros, que reveló el abuso laboral en el mundo y condujo a sanciones y prohibiciones. Ello le hizo merecedor del Premio Pulitzer 2016 por Servicio Público.

Consejos y herramientas

Para los periodistas que quieren profundizar en este tema:

  1. Aprender sobre cómo hacer entrevistas que están informadas con respecto al trauma, antes de hacer reportaje sobre sobrevivientes de explotación sexual o laboral. El Dart Center for Journalism and Trauma (Centro Dart para el Periodismo y el Trauma) tiene muchos recursos, así como la Red Global de Periodismo de Investigación (GIJN). También pregunta a las ONG sobre cuál es la mejor forma de interactuar con las fuentes y protegerlas.
  2. Los agregadores de datos comerciales Panjiva e Importgenius aportan registros de importación y exportación, que permiten a los periodistas rastrear un artículo desde la fábrica donde se hizo hasta el comprador en otro país. También puede incluir marcas de artículos hechos en una fábrica específica.
  3. OpenCorporates es la base de datos sobre compañías más grande del mundo, con aproximadamente 190 millones de corporaciones pertenecientes a 130 jurisdicciones. Implica mucha investigación, pero los periodistas pueden rastrear miembros de juntas directivas, informes anuales, los artículos de organización y más, atando a las personas y el dinero, de una compañía a la siguiente.
  4. Usa redes como GIJN o iniciativas de reportaje como la que hace poco anunció el Journalism Fund (Fondo de Periodismo) para encontrar colaboradores. Es extremadamente difícil cubrir el tráfico de personas, pero trabajar con periodistas en países donde se originan y los reciben hace más viable el trabajo.
  5. Re-examina las normas sociales: a veces una práctica común de hecho es esclavitud moderna. Por ejemplo, el sistema de kafala o de patrocinio en el Medio Oriente, a menudo causa que trabajadores asiáticos enviados para trabajos temporales terminen atados por deudas. Los niños restavek, mandados por sus padres desde Haití para hacer trabajo doméstico, son víctimas de esclavitud infantil. En los Estados Unidos, la AP identificó un esquema de visas en la red de pesca de Hawái, que les permite a los trabajadores extranjeros emplearse en botes que no están protegidos por las leyes laborales estadounidenses.

Sé consciente de tu trabajo

Los periodistas de investigación les dan voces a quienes no la tienen y hacen responsables a quienes están en el poder. Investigar y revelar el tráfico de personas hace estas dos cosas. En efecto, hay pocas áreas de periodismo que pueden traer un impacto inmediato y positivo a la condición de un individuo y mejoras a largo plazo en las prácticas laborales de explotación.

Ten cuidado, sé persistente y siempre ten en mente la seguridad de las víctimas. En 2016, colegas míos de AP regresaron y entrevistaron a hombres que habían sido liberados como resultado de la investigación Seafood from Slaves (Comida de mar producida por esclavos). Algunos tenían traumas y pesadillas, otros luchaban contra la vergüenza o regresaban a situaciones abusivas, pero más de uno encontró trabajo decente, abrieron negocios, crearon familias e incluso lograron que sus traficantes fueran a prisión. Muchos dijeron que su dolor se había disminuido con el paso del tiempo y estaban agradecidos por su libertad. «Aún así, están agradecidos de estar en casa, viviendo como hombres libres», reportó AP. «Ya no son esclavos».

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