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Después de 6 meses de COVID-19, ¿qué depara el futuro a la cobertura de pandemias?

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Imagen: Anna Schvets/Pexels

“Algo que tienen que hacer los periodistas es dejar de quejarse de que sus gobiernos no les dan información”.

Esta afirmación, hecha por la periodista bosnia Miranda Patrucic, refleja un llamado para que los periodistas de investigación reconozcan que la pandemia ha cambiado a la sociedad, y que se necesitan estrategias creativas para exponer las malas decisiones y actores malignos, ya que el COVID-19 llegó para quedarse.

Después de seis meses de la crisis mundial, los periodistas de investigación hacen reportajes sobre un mundo precario y desmoralizado, que ha visto perder millones de trabajos y unas 780,000 vidas.

Al humanizar a las víctimas tras muertes masivas y exponer abusos en cadenas de suministros y contratos gubernamentales, a veces arriesgando sus vidas para lograrlo, muchos reporteros enfocan su atención a temas como el desarrollo de la vacuna y daño colateral de la economía por la pandemia.

Pero los expertos afirman que muchas salas de redacción también deben esforzarse más para encontrar nuevas fuentes de información y datos sobre corrupción, y que necesitarán ampliar su enfoque para incluir temas incómodos, como los impactos negativos del confinamiento, al mismo tiempo que retoman las investigaciones no relacionadas con la pandemia.

Cuando se les pidió analizar y revisar el nuevo panorama para los periodistas, un panel de reporteros senior de Bosnia, India, Uganda y Estados Unidos compartió consejos sobre los temas propicios actualmente para la investigación en “¿Hacia dónde vamos ahora?”, el último foro de la serie de GIJN, Investigando la pandemia.

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“Es verdad, muchos gobiernos no han sido transparentes. Pero [en vez de quejarnos], pensemos de forma creativa en otras formas de obtener esa información y en fuentes  [para descubrir] a dónde va el dinero”, dijo Patrucic, editora senior para Asia Central del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) en Sarajevo. “Ninguno de nuestros gobiernos estaba preparado. ¿Pero eso cambió? ¿Los equipos que entraron a los países llegaron a los hospitales?”

Patrucic afirmó que los periodistas debían estar conscientes de que muchos funcionarios del gobierno en todo el mundo ahora tienen de forma rutinaria reuniones privadas en línea, en lugar de en foros públicos, y que los registros de la toma de decisiones muchas veces se pierden o se ocultan.

» Las elecciones son un gran tema… desde el punto de vista de todo lo que los gobiernos han hecho para quedarse en el poder — por ejemplo, cómo los gobiernos cambian lo sucedido con la pandemia para asegurarse de que ganarán votos y también comprarán apoyo..” — Miranda Patrucic

“Se ha gastado mucho dinero en los últimos seis meses, y un tema interesante para investigar son las normativas que han cambiado en secreto, en parte porque las reuniones de gobierno se han llevado a cabo en línea, en otros casos las minutas se han perdido”, dijo Patrucic. “Cosas que la gente normalmente protestaría, están sucediendo por el confinamiento, como la construcción de represas ilegales en mi lado del mundo”.

Otro tema clave, según Patrucic, son las elecciones. “Son un gran problema no solo desde el punto de vista del riesgo público, sino desde el punto de vista de lo que los gobiernos han hecho para mantenerse en el poder, cómo los gobiernos han retorcido lo que ha pasado con la pandemia para garantizar su victoria, y también han comprado apoyo”.

Otro fenómeno particularmente siniestro que merece la atención de los periodistas ha sido la emergencia del “lavado de reputación” por parte de bandas organizadas, afirmó. “Veo casos en que los gobiernos son débiles y las figuras del crimen organizado, incluso personas sentenciadas por corrupción ahora aparecen como donantes para COVID, y con campañas de relaciones públicas al respecto”, expresó.

Un gráfico en inglés sobre la historia de OCCRP que expuso un montón de equipos para tratar la pandemia falsos o defectuosos enviados a Europa. Crédito: Edin Pašović. Gráfico: OCCRP.

Jeanne Lenzer, una periodista de investigación médica y autora en Estados Unidos, afirmó que las fuentes médicas con conflictos financieros de interés habían presentado problemas significativos para la cobertura de la pandemia, pero también que la creciente y minuciosamente revisada Lista internacional de expertos independientes de la industria se había convertido en un recurso poderoso para los reporteros.

“Es una lista viva, recomiendo a todos los periodistas usar y compartir estas listas y hacer nominaciones para el panel, así nos aseguraremos de que no haya conflictos de intereses, y que podamos aprovecharlos”, afirmó, mientras recomendaba a los reporteros ver su completa hoja de recomendaciones para evaluar afirmaciones médicas durante la pandemia.

«Sabemos que las pérdidas de empleo y la brecha en la riqueza pueden resultar en una cantidad sorprendente de muertes. También debemos ver los aumentos de violencia [y] muertes por desesperación”. — Jeanne Lenzer

Lenzer también reta a recordar este «lugar incómodo»: solo porque los líderes autoritarios de la extrema derecha promuevan ciertas narrativas sobre el COVID-19, no significa necesariamente que sean incorrectas, o que no valga la pena constatarlas. A pesar de la experiencia que hemos tenido con pandemias anteriores, y de los últimos seis meses, afirma que se sabe poco sobre cuáles medidas de prevención funcionan bien. Lenzer dice que hay indicios que apoyan una de estas afirmaciones autoritarias, que la “prevención es peor que la enfermedad” en algunos casos, y que es necesaria una investigación más profunda.

«Sé que no es algo que, como progresista, se supone que deba decir», afirma. “Pero, en realidad, estamos viendo gente común que no piensa en ciertos riesgos realistas, además de ser uno de 10,000 que pueden morir por el COVID-19, sino el riesgo real de que mañana me echarán de mi casa porque han cerrado mi trabajo».

“Sabemos que las pérdidas de empleo y la brecha en la riqueza pueden resultar en muertes, en una cantidad sorprendente. También debemos ver los aumentos de violencia [y] muertes por desesperación. Debemos informar de los daños, al igual que los beneficios de estas distintas medidas de respuesta”, afirmó, dirigiendo a los reporteros a un libro académico sobre el tema, “Epidemias y poder. Historia, enfermedad, imperialismo”, de Sheldon Watts.

Peter Mwesige, cofundador del Centro Africano para la Excelencia de los Medios (African Centre for Media Excellence, ACME), hizo eco del llamado de Lenzer para investigar los daños causados por las intervenciones oficiales, y dijo que los periodistas también deben indagar sobre las personas e incentivos detrás de las políticas que se convierten en anuncios oficiales.

“No he visto suficientes reportajes sobre de dónde vienen las decisiones realmente antes de que los presidentes las anuncien, ¿qué tipo de influencia hay detrás de estas políticas?”, preguntó.

Mwesige observó los resultados de una encuesta reciente realizada por ACME, que reveló que solo 0.4% de toda la cobertura en periódicos de Uganda sobre el COVID-19 la habían producido periodistas de investigación. Afirmó que hace falta experiencia investigativa, que hay restricciones del confinamiento y existe miedo entre las fuentes y potenciales delatores, todos estos factores que contribuyeron con estos resultados tan bajos.

Syed Nazakat, fundador de DataLEADS en Delhi y presidente de la Sociedad de Periodistas Asiáticos, aseveró que la fatiga de la audiencia después de seis meses de cobertura total y reactiva por el COVID-19 significa que los editores y reporteros ahora tienen que planificar y elegir sus ángulos minuciosamente, y hacer que las historias valgan la pena.

“Es un reto para los periodistas hacer que estas historias sean más cautivadoras y esclarecedoras para estas audiencias”, dijo Nazakat. “Las cosas están cambiando muy rápido, así que es necesario dedicar más energía a los reportajes basados en las pruebas, para informar a los lectores sobre nuevos peligros y fisuras en la respuesta. Será importante para los editores decidir cuáles historias cubrirán; y ubicar periodistas a historias importantes planificadas, no solo a reaccionar”.

«La fatiga de la audiencia después de seis meses de cobertura general y reactiva del COVID-19, significa que los editores y reporteros ahora deben planear y elegir sus ángulos con cuidado, y hacer que esas historias cuenten».  Syed Nazakat

Nazakat enfatizó que la creciente complejidad de los efectos de la pandemia exige un nivel más profundo y creativo de colaboración en los próximos meses y años.

“La escala de esta historia es tan grande y científica, con aspectos técnicos y de salud, que no podemos andar con medias tintas”, afirmó. “¿En qué áreas debemos unir esfuerzos? Debemos esforzarnos mucho para encontrar personas que colaboren con nosotros, más allá de periodistas… Se puede hablar con líderes religiosos sobre enfermos o moribundos, pueden ser buenas fuentes. También los veteranos militares. Los abogados tienen la mina de oro de documentos más grande que hay, eso podría brindar información excepcional sobre el COVID”.

El panel del foro web también señaló ejemplos de reportajes de investigación excepcionales en inglés durante la pandemia, incluyendo:

Those We’ve Lost — una serie de The New York Times, que humanizó los números de mortalidad, y que fue imitado en muchas otras historias en todo el mundo; Questionable Paperwork Lets Fake and Faulty Masks Flood Europe — reportaje de investigación por parte de la OCCRP, que expuso los problemas de acreditación tras una cantidad de EPI importados a Europa; ‘Dark Money’ Groups Pushed Trump to Back Unproven COVID-19 Treatment — una investigación realizada por Tatyana Monnay de OpenSecrets.org, que mostró cómo un grupo conservador fundado por una empresa comercializadora de la industria farmacéutica presionó al Presidente Donald Trump a promover un tratamiento sin probar para la COVID-19; The Ayes Have It — un reportaje especial de NBS TV por Solomon Serwanjja, sobre cómo los miembros parlamentarios de Uganda se enriquecieron durante la respuesta presupuestaria a la pandemia; Counting the Costs of Lockdown Rights Abuses — una investigación detallada sobre los abusos de la policía contra los derechos humanos, por el Daily Monitor de Uganda; What Lockdown? World’s Cocaine Traffickers Sniff at Movement Restrictions — por la OCCRP; The Last Chance — un análisis de 6 millones de registros sobre el comercio mundial de vida silvestre realizado por Health Analytics Asia. La historia mostró que, a pesar de su relación con el origen de virus SARS, el comercio de animales silvestres vivos ha crecido 750% en 33 años, y que las regulaciones no han tenido casi impacto. Usando información de la Base de datos de comercio CITES, Health Analytics Asia mostró el drástico crecimiento en el comercio de animales silvestres vivos, y lo ineficaz de las regulaciones, incluso después de los brotes de enfermedades zoonóticas en humanos. Esta tabla muestra el comercio de tortugas vivas en 2017. Cortesía: Health Analytics Asia.

Finalmente, el panel de periodistas enfatizó que los reporteros tendrán que ampliar su enfoque. “El COVID-19 llegó para quedarse”, señaló Patricic. “Como periodistas de investigación debemos estar atentos a otras cosas importantes e investigar otras áreas”.

Rowan Philp es un periodista de GIJN. Rowan fue el reportero principal para el Sunday Times, de Sudáfrica. Como corresponsal extranjero, hizo reportajes de noticias, política, corrupción y conflicto en más de dos docenas de países del mundo.

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