

Ilustración: Nodjadong Boonprasert para GIJN
Guía de GIJN para investigar los combustibles fósiles: lobbying (cabildeo)
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La imagen de poderosos lobistas petroleros moviendo los hilos en las capitales políticas del mundo está tan arraigada en la conciencia pública que roza el cliché. Sin embargo, como han revelado innumerables investigaciones, este lugar común encierra una preocupante dosis de verdad. Ya sea para bloquear regulaciones climáticas, reducir cargas fiscales, obtener acceso a tierras públicas para la exploración de hidrocarburos o moldear la visión que tienen los responsables políticos sobre el futuro energético, la industria de los combustibles fósiles despliega una amplia gama de estrategias para influir en las decisiones. Y, con demasiada frecuencia, lo logra.
Las compañías de petróleo y gas tienen el mandato de maximizar los rendimientos para sus accionistas, lo que a menudo las lleva a oponerse a regulaciones que podrían afectar sus ganancias, sin considerar necesariamente el interés público. La enorme capacidad financiera que poseen para influir en la formulación de políticas, sumada a la sofisticación con la que destinan esos recursos a través de ejércitos de abogados, expertos en relaciones públicas y consultores políticos, coloca en clara desventaja tanto a los grupos de la sociedad civil como, en muchos casos, a los propios organismos reguladores. De acuerdo con OpenSecrets, tan solo en los primeros seis meses de 2024 las compañías petroleras estadounidenses gastaron 72 millones de dólares en lobbying (cabildeo) federal en Estados Unidos.
En el siguiente capítulo se analiza cómo las empresas de combustibles fósiles buscan influir en los responsables de la toma de decisiones, y ofrece herramientas concretas para que los periodistas puedan identificar pruebas de estas prácticas y llevarlas al conocimiento del público. La variedad y magnitud de las investigaciones periodísticas sobre la industria del petróleo y el gas es impresionante. Tan solo en los últimos años, se han publicado numerosos reportajes exitosos sobre actividades de lobby, entre ellos destacan revelaciones como las siguientes:
- La relación estrecha que mantiene TotalEnergies con el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, por Le Monde. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, afirmó ante los senadores del país que TotalEnergies no se benefició de «ningún trato de favor».
- Los jefes petroleros que recaudaron fondos importantes para la candidatura a la reelección de Trump, según The Washington Post y el Financial Times. Los ejecutivos petroleros nombrados en las historias se negaron a hacer declaraciones.
- Una campaña de lobbying «encubierta» del gigante minero y petrolero, Vedanta, para debilitar las regulaciones ambientales en la India, publicada por OCCRP y The Hindu. Vedanta dijo que se relaciona con el gobierno como parte de los esfuerzos para garantizar que la India sea más independiente en materia energética.
- Cómo una campaña de lobbying de 10 millones de dólares de Occidental Petroleum le ayudó a obtener cientos de millones de dólares en subsidios para la captura de carbono, por Bloomberg. Occidental se negó a hacer declaraciones sobre los hallazgos.
- El lobbying de ExxonMobil contra un proyecto climático clave de la administración Biden y las tácticas que empleó, revelado por Unearthed y Channel 4 News. Exxon dijo que su lobbying estaba relacionado con los aumentos de impuestos que ayudaron a financiar el paquete de infraestructura de Biden.
- Cómo las compañías petroleras han retirado su financiación a la investigación sobre las algas, que constituía una parte clave de sus esfuerzos recientes para convencer a los responsables políticos y al público de que dichas empresas se toman en serio la lucha contra el cambio climático, por Drilled y The Guardian. Exxon dijo que, en sus 12 años trabajando en biocombustibles de algas, había invertido 350 millones de dólares.
El capítulo se divide en dos secciones: la primera, sobre el lobbying directo (esfuerzos de las empresas para influir directamente en los tomadores de decisiones mediante donaciones y persuasión); la segunda, sobre el lobbying indirecto (una serie de actividades que se llevan a cabo para influir en la opinión pública y presionar a los tomadores de decisiones). En aras de la claridad y la coherencia, el capítulo se centrará en el lobby del petróleo y el gas, aunque muchos de los consejos y herramientas funcionan igual de bien para investigar a las empresas de carbón o a las de energía renovable.

Una investigación del Financial Times sobre la solicitud de donaciones de Donald Trump a compañías petroleras para su campaña presidencial de 2024 documentó los estrechos vínculos financieros de la industria con el Partido Republicano de Estados Unidos a lo largo de los años. Imagen: Captura de pantalla, Financial Times
Consejos y herramientas
Geografía
A menos que comiences con una pista concreta, es importante empezar por orientarse, ya que las compañías de petróleo y gas harán lobbying donde y cuando les convenga hacerlo. Por ejemplo, una gran parte del lobbying de las compañías petroleras se lleva a cabo en Estados Unidos. Esto se debe en gran medida a que Estados Unidos es el principal productor de petróleo y gas del mundo y el segundo mayor consumidor de energía. Incluso las grandes petroleras y gasistas internacionales obtienen una gran proporción de sus ganancias en Estados Unidos. En consecuencia, la mayor parte del lobbying de petróleo y gas en Estados Unidos gira en torno a esfuerzos nacionales para hacer más fácil y más barato perforar en busca de petróleo y gas (incluso mediante impuestos más bajos) y contraatacar políticas diseñadas para reducir la demanda de sus productos, por ejemplo mediante el apoyo a los vehículos eléctricos y una red eléctrica descarbonizada.
En Estados Unidos, el lobbying se da en todos los niveles de gobierno y en todas partes dentro del sistema político: desde Washington DC y los partidos políticos nacionales, hasta las capitales de los estados y el nivel local. Los instigadores de este lobbying son diversos: abarcan a las grandes empresas de petróleo y gas, como Exxon y Chevron, y a miles de productores independientes de petróleo y gas, y desde empresas multimillonarias hasta operaciones familiares. Y no se trata solo de las propias empresas. Las asociaciones comerciales (por ejemplo, en Estados Unidos o la Unión Europea), los consultores y los abogados también desempeñan un papel crucial.
El panorama es muy distinto en países con recursos propios limitados de petróleo y gas. Por ejemplo, en Italia y Francia, el lobbying en materia de petróleo y gas está dominado por las grandes petroleras de esos países, ENI y Total, respectivamente. En Francia, el lobbying está orientado a buscar apoyo diplomático del gobierno francés para las actividades de la compañía en el extranjero, donde tiene operaciones de petróleo y gas. De manera similar, como minorista de productos petrolíferos en Italia, ENI supuestamente ha desempeñado un papel en intentar dar forma a la política nacional de energía y clima. ENI se negó a hacer comentarios sobre las acusaciones, según un informe de The Guardian.
En un país con pocos recursos de petróleo y gas y sin productores nacionales de este sector, es probable que el nivel de lobbying esté determinado en gran medida por qué tan gran consumidor de petróleo y gas es el país. Si se trata de un país pequeño, con niveles promedio de demanda de petróleo y gas y pocas probabilidades de crecimiento, es poco probable que haya mucha actividad de lobbying. Caso opuesto, si se trata de un gran consumidor de petróleo y gas, es probable que las empresas, o los petroestados, busquen convertirse en proveedores importantes y dar forma a los debates de políticas en torno a cómo será el futuro de su sistema energético, para asegurar un papel para sus productos.

La conferencia mundial sobre el clima de la ONU de 2023, COP28, en Dubái, reunió a representantes de todo el mundo, como el enviado especial del presidente estadounidense para el clima, John Kerry, pero también asistieron casi 2.500 lobistas del sector del petróleo y el gas. Imagen: Tarek Ibrahim, Shutterstock
Por ejemplo, una investigación reciente que llevó a cabo el Centro de Informes sobre el Clima, la organización a la que pertenece el autor, concluyó que Arabia Saudita está tratando de estimular artificialmente la demanda de sus productos petrolíferos en países de África y el sur de Asia, interviniendo para aumentar el número de automóviles, autobuses y camiones de combustibles fósiles en sus carreteras. Cuando se le pidió que hiciera comentarios al respecto, el gobierno saudí ignoró la solicitud.
Además de realizar lobbying a nivel nacional, las empresas de petróleo y gas también buscan influir en instituciones multilaterales, como el G7, G20, y la ONU. Durante las negociaciones climáticas globales de la ONU en Dubái en 2023 (COP28), un récord de 2.456 lobistas de combustibles fósiles asistieron a las conversaciones, que fueron supervisadas por el jefe de la empresa estatal de petróleo y gas de los Emiratos Árabes Unidos.
Actores clave
También es importante identificar a los actores clave en un espacio determinado, ya sea en el país se está investigando o a nivel multilateral. Por ejemplo, en Australia, hay grandes empresas internacionales de petróleo y gas, como Chevron, Exxon, BP y Shell, pero también hay actores nacionales importantes como Santos. Luego, hay asociaciones comerciales a nivel nacional y estatal que presionan en nombre de la industria. Pueden ser lobbies específicos de combustibles fósiles, como los Productores de Energía de Australia y la Asociación de Gas de Queensland, o lobbies de toda la economía, como el Consejo Empresarial de Australia.
Estas asociaciones empresariales pueden ser un buen punto de partida para investigar las actividades de lobbying directo e indirecto de la industria del petróleo y el gas, ya que permiten a las empresas abogar a favor de posiciones políticas controvertidas sin que su marca esté directamente asociada a estos esfuerzos. Si descubres que un determinado grupo comercial se opone a una política climática, vale la pena buscar pruebas de lobbying directo por parte de las empresas de petróleo y gas sobre ese tema. Las empresas suelen oponerse a una política públicamente a través de una asociación comercial, pero hacen lobbying directamente en reuniones privadas con los responsables políticos. Durante una investigación encubierta sobre la influencia política de ExxonMobil en 2021, uno de los principales lobistas de la empresa describió hacer lobbying «bajo la apariencia» del Instituto Americano del Petróleo sobre temas controvertidos, como el uso de PFAS (agentes químicos sintéticos, que se acumulan a lo largo del tiempo en los seres humanos y en el medio ambiente), con los que no quería que se le asociara públicamente. En respuesta, Exxon dijo que no fabrica productos PFAS, pero que sí los utiliza.
Desde el punto de vista del reporteo, hay varias maneras de descubrir pruebas de este lobbying directo. Esto incluye cultivar fuentes en departamentos gubernamentales, políticos y sus empleados, y empleados de cualquier empresa progresista involucrada en los grupos comerciales. También se puede intentar presentar solicitudes de libertad de información (aunque, en general, esta es una herramienta cada vez menos útil); y revisar bases de datos disponibles públicamente sobre contactos de lobbying entre empresas y tomadores de decisiones (más sobre esto a continuación).
También vale la pena estar atento a los grupos de campaña sobre temas específicos que son creados por asociaciones comerciales y compañías petroleras. Esto incluye a los llamados grupos astroturf (es decir artificiales) que buscan dar una falsa impresión de apoyo público a una posición de la industria. Una reciente investigación de E&E News reveló que varios grupos vinculados con los combustibles fósiles y las empresas realizaron campañas publicitarias multimillonarias en California, en el período previo a una votación pública clave sobre la política climática. Por ejemplo, según E&E News, el presidente y director ejecutivo de Western States Petroleum Association (WSPA) –una poderosa asociación comercial de petróleo y gas– está en la junta directiva de Californianos por la independencia energética (CEI, por sus siglas en inglés), cuyo nombre parece estar diseñado para sonar como una iniciativa ciudadana, y así dar más credibilidad a sus mensajes. WSPA negó tanto financiar los anuncios de CEI como dirigir su estrategia.
Temas clave
Otro punto de partida clave es mapear las iniciativas y propuestas legislativas y regulatorias en curso que afectan a la industria del petróleo y el gas, ya sea en un país determinado o a través de una institución multilateral. Podría tratarse de una propuesta de impuesto extraordinario sobre las ganancias del petróleo y el gas, una nueva ley diseñada para reducir las emisiones de carbono de las instalaciones de petróleo y gas, o un plan para proporcionar subsidios a formas de energía competidoras como la eólica y la solar. La forma más rápida enterarse es hablando con los think tanks (institutos de investigación) y los grupos de campaña que están siguiendo de cerca estas cuestiones, aunque también se puede deducir a través de informes de fuentes abiertas. De nuevo, las iniciativas sobre las que ejercen lobbying las empresas de petróleo y gas pueden incluir normas muy locales sobre la contaminación del aire, nuevas leyes que se debaten en un órgano legislativo nacional, o negociaciones multilaterales sobre un tratado climático.
Es importante comprender los procesos legislativos y regulatorios para poder anticipar los tipos de lobbying que están ocurriendo.
Por ejemplo, ¿se trata de una norma que se somete a consulta pública antes de implementarse sin votación? Si es así, es probable que el lobbying implique reuniones entre empresas y altos funcionarios de departamentos gubernamentales, así como presentaciones escritas sobre el tema (que pueden o no estar disponibles públicamente). Puede haber un comité asesor en un órgano legislativo que examine las propuestas, y las empresas también podrían estar trabajando con funcionarios electos afines o grupos de interés, como sindicatos o asociaciones comerciales, para ejercer presión sobre los tomadores de decisiones para que moldeen a la nueva norma a su favor. En este caso, obtener respuestas públicas puede ser una forma rápida de identificar a los grupos de interés involucrados, y examinar sus declaraciones puede ser una buena forma de averiguar quién está trabajando de cerca con la industria del petróleo y el gas. Si entrevista a políticos, empleados u otras personas cercanas al proceso de cabildeo, asegúrese de obtener los nombres. También puede ser útil consultar cualquier base de datos disponible públicamente sobre donaciones políticas y rastrear, ya sea en persona o mediante las redes sociales, a los asistentes a eventos de la industria.
Lobbying directo
Existen numerosas formas de descubrir detalles de las actividades de lobbying directo de las empresas y las asociaciones comerciales del sector, que obviamente variarán según la geografía y las instituciones involucradas. En la siguiente sección se harán algunas sugerencias generales de lugares dónde empezar, con algunos ejemplos ilustrativos de dónde encontrar información.
Donaciones políticas
Las compañías petroleras llevan dando dinero a los políticos desde que existe la industria petrolera. El dinero que cambia de manos puede ir desde pequeñas donaciones a políticos locales hasta grandes sumas pagadas a grupos políticos nacionales, e incluso corrupción abierta. Las razones para hacer donaciones son variadas y difíciles de precisar, pero pueden proporcionar pistas sobre las prioridades políticas de una compañía de petróleo y gas.
Por ejemplo, según su sitio web, ExxonMobil da dinero a legisladores estatales de Estados Unidos (principalmente en áreas donde tiene intereses comerciales) y, a nivel nacional, a grupos de organizaciones de legisladores que congregan a legisladores estatales y a sus equipos para reuniones en complejos turísticos de lujo. Estos grupos, en esencia, venden acceso a estos políticos a empresas e individuos con grandes patrimonio para ayudar a financiar los esfuerzos de reelección de sus miembros. El incentivo para las empresas es el acceso directo, y discusiones extraoficiales, con algunos de los políticos más poderosos de Estados Unidos, que a menudo están directamente involucrados en la supervisión de aspectos de los intereses comerciales de una empresa.

Manifestantes protestan en Londres frente al edificio de un lobby de la industria de los combustibles fósiles. Imagen: Shutterstock
En el ejemplo anterior, sabemos que Exxon dio dinero a organizaciones específicas porque la compañía ha publicado la información en su sitio web. Muchas de las mayores empresas petroleras facilitan ahora detalles de esas contribuciones, así como de las principales asociaciones comerciales a las que pertenecen, tras la presión por parte de los inversores para que sean más transparentes sobre su lobbying.
Por lo demás, el sitio web OpenSecrets es el mejor lugar para comenzar a buscar información sobre contribuciones políticas en los EE. UU.
En el Reino Unido, las donaciones se pueden buscar a través del Registro de Intereses del Parlamento británico o a través de la Comisión Electoral. Sin embargo, muchos países no publican estos datos. Un buen punto de partida para comprobar si el país que te interesa publica detalles de las donaciones políticas es el sitio web del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral. En Europa, la investigación sobre financiación de campañas de Follow the Money también es un buen punto de partida. Allí donde no exista este tipo de divulgación, el desafío será encontrar fuentes humanas que puedan y estén dispuestas a compartir dicha información contigo.
Cabe señalar que estas donaciones pueden provenir directamente tanto de una empresa o asociación comercial, como de personas que sean accionistas importantes. Por ejemplo, durante el ciclo electoral estadounidense de 2024, el director de la empresa de oleoductos Energy Transfer, el multimillonario Kelcy Warren, donó personalmente 5 millones de dólares para la exitosa campaña de reelección de Donald Trump.
Correspondencia y reuniones
Descubrir evidencia de contacto entre el personal de la compañía petrolera y los tomadores de decisiones —y el contenido de estas discusiones— es crucial para investigar el lobbying del sector. Tales esfuerzos de lobbying pueden incluir respuestas a consultas del gobierno; intervenciones en comités legislativos; correspondencia por correo electrónico con funcionarios y políticos; y reuniones oficiales y no oficiales con los tomadores de decisiones. Sin embargo, puede ser difícil descubrir detalles de tales reuniones y correspondencia, ya que ambas partes suelen hacer todo lo posible por mantener sus intercambios a puerta cerrada.
Cuando existen, las bases de datos de contactos de lobbying son un buen punto de partida, como:
- La Ley de Divulgación de Actividades de Lobbying de EE. UU., que permite identificar las actividades de lobbying de las empresas y de los consultores políticos que han contratado para hacer lobbying al gobierno federal y a los legisladores, así como cuánto se ha gastado cada trimestre.
- El registro de transparencia de la Unión Europea (UE), es similar al anterior, pero también incluye información sobre la membresía de asociaciones comerciales y listas de reuniones con funcionarios clave.
- Base de datos de Transparencia Internacional del Reino Unido que recoge información pública sobre grupos de presión en torno a los departamentos gubernamentales del Reino Unido.
- Ve este informe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA, por sus siglas en inglés) para obtener una lista de registros de lobbying (hay 16 en todo el mundo).
Estas bases de datos también pueden ser útiles para investigar la puerta giratoria entre la industria y el gobierno: cuándo altos funcionarios de la industria aceptan empleos en el gobierno o funcionarios del gobierno pasan a trabajar en la industria. Linkedin y otras fuentes de información abiertas también pueden ayudar a proporcionar información sobre lobistas o funcionarios individuales y sus vínculos (o no) con la industria o el gobierno.
En áreas donde no hay un registro de lobbying, puede ser posible descifrar el contacto entre empresas y funcionarios a través de comunicados de prensa, publicaciones en redes sociales o conversaciones con fuentes de la industria o el gobierno. O puedes presentar una solicitud de libertad de información cuando sea posible.
Si logras identificar estas reuniones, el siguiente paso será averiguar qué se discutió. En los casos en que existan leyes de libertad de información o de derecho a la información (FOIA/RTI, por sus siglas en inglés), puedes presentar una solicitud para obtener la correspondencia, actas y notas relacionadas con la reunión y los temas que se discutieron. Sin embargo, según tu ubicación, la FOIA/RTI se ha vuelto cada vez menos útil a medida que los gobiernos intentan bloquear y retrasar la divulgación. En ese caso, también es mejor adoptar un enfoque basado en las fuentes, invirtiendo en la construcción de relaciones entre la industria, el gobierno, los partidos políticos y la sociedad civil. En los casos en que tengas información que sugiera que se han cometido irregularidades sobre un tema de gran interés público durante dichas reuniones (pero en los que ni la empresa ni el gobierno proporcionen detalles sustanciales), entonces pueden estar justificadas las técnicas de reportaje encubierto.
Otra fuente de información sobre actividades de lobbying son las bases de datos de consultas gubernamentales. Por ejemplo, se pueden buscar consultas presentadas por empresas y asociaciones comerciales utilizando el sitio web Regulations.gov en los Estados Unidos. El uso de esta base de datos puede generar importantes historias de interés público en los casos en que una empresa esté haciendo lobbying en contra del interés público sobre un tema controvertido. La UE también tiene un sistema para publicar las respuestas a las consultas, aunque a veces exige la presentación de solicitudes de información para obtener más detalles. Por ejemplo, aquí se encuentran recopiladas las respuestas a una consulta sobre vehículos eléctricos, incluida una respuesta de la industria del gas natural que presiona para que se apoye a los vehículos que emplean gas natural.
Lobbying indirecto
El lobbying indirecto es un concepto amplio y, como sugiere su nombre, se refiere esencialmente a los esfuerzos por ejercer influencia sobre los tomadores de decisiones de manera más indirecta. Esto puede abarcar desde iniciativas que buscan dar forma a una propuesta de política específica, como la campaña Californiana de astroturf a la que se hizo referencia anteriormente, hasta esfuerzos más amplios para moldear la sabiduría popular sobre cuestiones energéticas.
Estos esfuerzos más profundos por dar forma a los términos del debate sobre el cambio climático son particularmente importantes: crean un entorno en el que las acciones necesarias para abordar el cambio climático parecen radicales, en comparación con las soluciones más sobrias que propone el sector del petróleo y el gas. La industria del petróleo y el gas busca lograr esto de múltiples maneras, entre ellas: donaciones a grupos de expertos y académicos (y una estrecha colaboración con ellos); publicidad en televisión, redes sociales y vallas publicitarias; la colocación de historias y narrativas favorables a la industria en los medios de comunicación; campañas de envío de cartas; y el fomento y despliegue de “validadores” externos. Todo esto está diseñado para crear un entorno favorable para el lobbying directo de la industria, incluso aprovechando la presión política y las controversias mediáticas que ella misma genera.

Una investigación de DeSmog descubrió una intensa campaña publicitaria sobre combustibles fósiles centrada en una importante estación de metro de Londres, cerca de las oficinas del gobierno del Reino Unido. Imagen: captura de pantalla, DeSmog
Una asociación petrolera de Estados Unidos se enfocó en estados clave en las elecciones presidenciales de 2024 con una campaña publicitaria que atacaba los esfuerzos de la administración Biden por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte mediante la promoción de vehículos eléctricos. El objetivo de la campaña parece haber sido hacer que estas políticas fueran políticamente costosas con vistas a debilitarlas o revocarlas después de las elecciones. Las empresas de petróleo y gas también pagan por anuncios en vallas publicitarias específicas para promover lo “ecológicas” que son, o el papel crucial que puede desempeñar el gas en la transición energética, en lugares donde hay una alta concentración de responsables políticos, como en la estación de metro de Westminster en Londres o en la principal estación de trenes frecuentada por funcionarios de la UE en Bruselas. Un estudio de 2022 estimó que las grandes petroleras y gasistas habían gastado 750 millones de dólares el año anterior en comunicaciones relacionadas con el clima.
La industria del petróleo y el gas ha inyectado dinero en el mundo académico, y un reciente estudio académico sostiene que esto ha frenado el cambio a la energía verde. El estudio afirma que las donaciones de la industria de los combustibles fósiles han influido en las universidades para que se centren en iniciativas climáticas que arraiguen un futuro para los combustibles fósiles.
A esto se suma el apoyo de la industria a los think tanks influyentes, que sirven de puente tanto con los responsables políticos y como potenciales influenciadores que pueden defender los intereses de la petrolera. Este ha sido un tema poco reporteado en los últimos años, aunque en Estados Unidos la revista The New Republic ha llamado la atención sobre las donaciones de varias empresas a think tanks de política exterior y de libre mercado. Su investigación sugiere que existe un vínculo esta financiación y los mensajes a favor de la industria que han surgido de esas instituciones. Del mismo modo, las investigaciones de Drilled, DeSmog, y The Guardian han revelado el papel de las compañías petroleras y los think thanks financiados por combustibles fósiles en una represión global contra los manifestantes climáticos. Por ejemplo, la investigación de The Guardian utilizó solicitudes de libertad de información para descubrir cómo las compañías de petróleo y gas, junto a sus asociaciones empresariales, han estado presionando a los legisladores a nivel estatal en todo Estados Unidos para que repriman las protestas pacíficas contra la expansión del petróleo y el gas.
El lavado de imagen verde (greenwashing), mediante las tácticas anteriores. también desempeña un papel clave en el lobbying indirecto, aunque además tiene otros objetivos, que se abordan en el capítulo de esta guía dedicado a ese tema.
Lawrence Carter es un periodista de investigación cuyo trabajo se ha centrado principalmente en el cambio climático y la influencia política. Ha investigado la guerra de las grandes petroleras contra la política climática estadounidense, los escépticos climáticos financiados por los combustibles fósiles y los petroestados que buscan mantener al mundo enganchado al petróleo. Su investigación encubierta de 2021 sobre la obstrucción de ExxonMobil a la política climática estadounidense condujo a dos importantes investigaciones del Congreso. El trabajo de Lawrence ha aparecido en el New York Times; el Washington Post; el Wall Street Journal; la CNN; la BBC; el Financial Times; o Globo y otros medios.