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Por medio de entrevistas con GIJN, seis fotoperiodistas de diferentes lugares del mundo describen cómo han enfrentado retos tecnológicos, de seguridad y de acceso para fotografiar la pandemia. En mayo, el fotoperiodista David Goldman veía con incredulidad las noticias, mientras el número de muertes por COVID-19 aumentaba sin control en una residencia para veteranos estatal, en el noreste de Estados Unidos. La situación se convertiría en una tragedia nacional y un escándalo estatal —con 100 muertes en dicha institución desde el inicio de la pandemia— debido a las pérdidas por COVID-19 de veteranos internados en el Massachusetts Holyoke Soldiers’ Home, muchos de quienes habían servido en guerras tan remotas como la Segunda Guerra Mundial, mientras sus familiares en cuarentena no podían hacer nada excepto preguntar a las enfermeras sobre sus últimos momentos. Cuando los administradores del centro se negaron a darle acceso o cooperar, el fotógrafo David Goldman buscó menciones de la residencia y el COVID-19 en los obituarios y contactó a sus familiares en Facebook. De acuerdo con una investigación independiente que se realizó después, la orden de combinar a residentes infectados y saludables en el mismo pabellón fue solo uno de los muchos errores que contribuyeron al desastre.