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Conoce a Mediapart, un medio investigativo francés rentable gracias a sus lectores

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«Una apuesta ganadora», «un éxito», «un proyecto con visión»: durante los últimos años no han faltado los superlativos en la prensa para describir a Mediapart. Un portal de noticias por suscripción, cuyo crecimiento supera el de casi todos los otros medios de comunicación en Francia, la mayoría en manos de conglomerados industriales.

Dentro del contexto de una crisis de confianza en los medios, la organización independiente Mediapart tiene buena salud financiera. En 2021, registró un promedio de 6,5 millones de visitantes al mes. El portal no tiene publicidad y no recibe subsidios estatales: 98 % de sus 21,3 millones de euros de ingresos anuales proviene de sus 213.533 suscriptores.

Hace 14 años, pocos creían que Edwy Plenel, ex editor en jefe del diario Le Monde, y sus seis cofundadores, tendrían el más mínimo chance de lograr su sueño de crear un portal exitoso de periodismo de investigación que «solo perteneciera a sus lectores». En su declaración de propósitos, Mediapart se lanzó con los ahorros personales de sus fundadores (60% del capital inicial) e inversiones de accionistas y amigos (40%). Tenían la intención de crecer exclusivamente con el apoyo de suscriptores.

El proyecto iba contra la sabiduría convencional de la mayoría de medios a finales de la década del 2000: publicar artículos cortos, gratis, tan rápido como fuese posible para llegar primero a los lectores y optimizar criterios de los buscadores de la red. Los fundadores de Mediapart defendieron la aproximación opuesta. Eligieron no cubrirlo todo, sino enfocar sus esfuerzos en producir artículos largos y detallados sobre temas de interés público. El trabajo de investigación era el centro de su modelo de negocios. Se esperaba que las publicaciones exclusivas atrajeran suscriptores, que luego estarían convencidos de quedarse por la calidad del cubrimiento de Mediapart.

Edwy Plenel, cofundador de Mediapart, es el rostro público del portal de investigaciones. Imagen: captura de pantalla del documental “Depuis Mediapart”.

La idea era atractiva, ¿pero funcionaría? Durante los primeros días, el desafío era convencer a los lectores de pagar nueve euros al mes por acceder a contenido, sin que supieran que era de buena calidad, mientras otros portales ofrecían sus artículos gratis. «Los primeros tres años fueron muy, muy difíciles. No lográbamos tener el crecimiento que esperábamos», dijo la directora ejecutiva y cofundadora de Mediapart, Marie-Hélène Smiejan, en un podcast de 2021. A los dos años del lanzamiento, los cofres del portal estaban casi vacíos. Mediapart había ganado 20.000 suscriptores con mucho esfuerzo: muy por debajo de su pronóstico y punto de equilibrio. El equipo se preparaba para lo peor.

Todo cambió en el verano de 2010, con una investigación sobre el caso Woerth-Bettencourt, un escándalo con implicaciones a escala nacional. Mediapart publicó grabaciones clandestinas que revelaron conflictos de interés entre Eric Woerth, el entonces Ministro de Trabajo, y la multimillonaria propietaria de L’Oréal, Liliane Bettencourt. La telenovela político-financiera revelada por Mediapart llevó a que Florence Woerth, la esposa del ministro, renunciase como directora de la compañía que administraba la fortuna de Bettencourt, y que Eric Woerth como tesorero del UMP, el partido político del entonces presidente Nicolas Sarkozy.

«Esto marcó un punto de inflexión. Los planetas se alinearon: un buen portal de noticias y un escándalo nos permitió hacernos un nombre», dijo Stéphane Alliès, director editorial, que se unió a Mediapart desde su inicio. «La revista L’Obs y Le Monde rechazaron estas grabaciones, así que el hecho de que estábamos dispuestos a publicarlas recalcó la idea que en nuestro portal era posible leer cosas que no había en otros medios». El número de suscriptores se duplicó en unos meses y el portal logró el punto de equilibrio.

Avanzando en la dirección correcta: suscripciones de Mediapart desde 2011. Imagen: captura de pantalla.

 

Investigaciones: centrales para el modelo de negocios

Un medio de comunicación debe hacer más que publicar investigaciones. «El día que se publicó la primera grabación, ¡el portal se cayó a los 10 minutos!», afirmó Alliès, al recordar cómo la entrada masiva de tráfico web superó las capacidades de una página que no estaba muy bien diseñada. Un equipo inicial de 23 periodistas y 3 técnicos, pusieron todos los recursos a disposición para que la web funcionara. «Trabajamos las 24 horas en solucionar los problemas de programación que hacían que el portal se cayera. Los periodistas estaban perdiendo sus artículos. Fue un infierno», explicó Marie-Hélène Smiejan en el podcast. El equipo aprendió y construyó un departamento técnico y de marketing.

Los periodistas seguían publicando investigaciones importantes, a menudo en serie, que atrajeron a muchos suscriptores nuevos. «Defendemos la idea de que la información tiene valor», explicó Edwy Plenel en una entrevista con GIJN. «Nuestra información es útil, creíble, original y exclusiva. Si los lectores tienen confianza en esta información y su independencia, pueden apoyarnos con una suscripción».

Fabrice Arfi, que dirige la unidad de investigación de Mediapart, ha ayudado desde 2011 a producir numerosas exclusivas que han impactado el mundo de la política en Francia. Su equipo descubrió el caso Sarkozy-Gadafi, que reveló el financiamiento de Libia a la campaña de 2007 de Sarkozy y por lo que se ha imputado al expresidente de Francia.

En 2012, Arfi también sacó a relucir que el entonces ministro de presupuesto, Jérôme Cahuzac, tenía una cuenta bancaria en Suiza. Esto llevó a la renuncia de Cahuazac, así como a la creación de la Oficina Nacional de Fiscales Financieros en Francia. En 2016, el periodista Lenaïg Bredoux publicó una investigación sobre el caso Denis Baupin, que devino en el retiro del vicepresidente de la Asamblea Nacional, luego de que sus colegas le acusaran de acoso sexual.

Las cifras de audiencia de Mediapart han aumentado a lo largo del tiempo. Sobre todo, cuando publican investigaciones, cubren eventos importantes como elecciones y durante la pandemia del coronavirus. Imagen: captura de pantalla.

Estas son algunas de las investigaciones de más alto perfil de Mediapart. Sus periodistas han publicado cientos durante los últimos 14 años, sobre corrupción política y financiera, daños ambientales, salud pública y violencia social, sexual y política. «Nuestro trabajo investigativo no solo debería darse dentro de nuestra unidad investigativa», afirmó Alliès. «Todos los periodistas han hecho trabajo investigativo y han revelado algo que otros no querían que se revelara».

Los reportajes de Mediapart, que tienen como objetivo tanto a los sectores público como a los privados, han generado numerosos contraataques, sobre todo en las cortes. Todos los periodistas están entrenados en derecho y prensa. Además, el equipo editorial trabaja junto con el abogado del portal.

«Tan pronto como tenemos la más ligera duda sobre una historia, la mandamos a él», explicó Alliès. «La discutimos y acordamos en qué oraciones nos pueden evitar un juicio». Ahora que el portal tiene cómo defenderse, Alliès aseguró que sienten más confianza cuando publican revelaciones que pueden ser controversiales o avergonzar a los poderosos.

Paradójicamente, el caso Bettencourt –que marcó el punto de giro para el éxito y popularidad de Mediapart– seguirá siendo una de las grandes derrotas legales, pues una corte ordenó en 2013 que se desmontara todo rastro de las grabaciones filtradas. Estas fueron hechas en secreto por el mayordomo de Liliane Bettencourt, usando una grabadora oculta bajo una repisa. Las cortes de Francia juzgaron que, aunque los audios revelaban información de interés público, su publicación violaba la privacidad de la dueña de L’Oréal. Plenel ha dicho que la sentencia es «un acto de censura».

Innovar para conectar con la audiencia y hacerla crecer

La reunión editorial diaria de Mediapart, que se realiza a las 10:30 de la mañana, está abierta a todo el equipo, incluyendo el personal técnico y de marketing. Es una oportunidad importante para que la información circule por la sala de redacción. «Cualquiera puede hablar si tienen ideas, objeciones, críticas: es un lugar en el que todos pueden contribuir», comentó Renaud Creus, el director de comunicaciones de Mediapart, que fue el primer administrador de comunidad, en 2014. 

Este sentido de un propósito compartido se ve también en las redes sociales, donde los periodistas del portal con frecuencia promueven el trabajo de sus colegas. «Tomamos responsabilidad por las historias que publicamos y nos sentimos orgullosos de hacer parte de esta comunidad. Queremos que nuestro trabajo se comparta ampliamente», dijo Creus, quien anota que este esfuerzo de celebrar a otros no es una exigencia de la política de la compañía, sino que sucede orgánicamente.

El portal siguió innovando durante la pandemia del covid-19, lanzando un programa diario en YouTube llamado “A l’Air Libre” («Al aire libre»). También fue uno de los primeros medios en Francia que publicó investigaciones sobre violencia sexual, incluso antes de que se hiciera famoso el movimiento #MeToo y que nombró a una editora de género.

Mediapart está a la delantera porque, por ejemplo, hizo campañas para que los portales periodísticos tuvieran la misma tasa tributaria que la prensa escrita (una maniobra que le ganó a Mediapart una auditoría por sus aportes fiscales). El portal periodístico también decidió publicar lo que llama una «caja negra» al final de cada investigación, en la que explica la metodología de la investigación y cualquier documento relevante. Y en otra muestra de transparencia, los periodistas de Mediapart han publicado desde 2018 una declaración de intereses

Estas líneas innovadoras se basan sobre todo en el espíritu de equipo de Mediapart. «Lo que me impresionó desde el comienzo fue que cada periodista había sido el coautor de al menos un artículo con cada uno de los demás miembros de la sala de redacción», explicó Alliès. «Defendemos una aproximación colectiva hacia nuestro trabajo. Sabemos que las investigaciones individuales pueden llevar a que se cometan errores».

Respondiendo a sus críticos

Los periodistas de Mediapart no dudan en acudir a la esfera pública para defender su trabajo. Han argumentado que la crítica de sus reportajes desde lugares de poder demuestra la independencia de Mediapart y hace que el poder rinda cuentas. Incluso, el portal publicó un video humorístico en el que Nicolas Sarkozy mencionaba (o mejor, atacaba) a Mediapart 10 veces, durante una sola presentación televisiva, junto con el mensaje publicitario: «¿Pero qué dice realmente Mediapart? Suscríbete».

Mediapart morning meeting

La reunión editorial diaria de Mediapart está abierta a todos los miembros del portal, incluyendo el equipo técnico. Imagen: captura de pantalla del documental “Depuis Mediapart”.

El contacto cercano con lectores también está en el corazón del modelo del portal: el «part» de su nombre se refiere a “participatif» y enfatiza cómo Mediapart quiere ser una organización de medios interactiva. Este es uno de los últimos grandes portales de noticias en Francia que les permite a los lectores comentar libremente en las historias.

Los suscriptores, además, pueden contribuir con publicaciones de blog en la sección «Club» del portal, que recibe casi cien publicaciones nuevas al día. Un contenido que atrae 20% del tráfico del portal.

Los periodistas de Mediapart han colaborado sin descanso con el equipo de marketing para tener nuevos suscriptores. En su propósito de atraer a una audiencia más amplia, el portal también les ha permitido a los suscriptores regalar artículos y suscripciones a sus conocidos, ha ofrecido suscripciones por tan sólo 1 euro durante el primer mes y ha eliminado el muro de pago durante ciertos días.

«Uno de los golpes de genialidad fue abrir su contenido a tanta gente como fuera posible durante las primeras entregas de una historia y luego cerrarlo para los siguientes episodios, de forma que los lectores debían suscribirse para enterarse de más», aseguró Cyrille Frank, director de ESJ PRO, una organización de entrenamiento en medios.

No obstante, algunos han criticado la decisión de darle tanto protagonismo a las contribuciones de suscriptores, porque a veces es difícil distinguir entre las publicaciones de los periodistas permanentes y los blogs, donde han aparecido teorías de la conspiración y falsas acusaciones. «El ‘Club’ es una de las fortalezas y una de las debilidades», afirmó Frank. «Mediapart comprendió muy rápido lo importante que era la comunidad. Pudieron valorar a sus lectores, crear un grupo que comparte valores comunes, pero a veces puede también ser una antena repetidora para información conspirativa». Mediapart se está tomando este tema muy en serio y los periodistas del portal ahora editan las contribuciones de los lectores, como reportó Arrêt sur Images.

Mediapart organiza una vez al mes interacciones en línea con sus suscriptores. Durante estos eventos, los periodistas responden en vivo, ante una cámara, las preguntas de los lectores. Un festival anual le permite a la sala de redacción invertir incluso más tiempo con la audiencia. «Para nosotros es esencial no ponernos por encima de nuestros lectores», explicó Creus. «Queremos involucrarlos de lleno en nuestros proyectos, en nuestras discusiones. Queremos crear una relación con nuestros lectores, en lugar de tan sólo distribuir contenido».

Planear para el futuro

Mediapart explains selling of ownership shares to nonprofit

En este video de julio de 2019, el equipo de Mediapart explicó a los lectores cómo y por qué transfirió todas las acciones de propiedad a una fundación sin ánimo de lucro. De izquierda a derecha, Edwy Plenel, cofundador; Jade Lindgaard, periodista ambiental; y Dan Israel, delegado del sindicato. Un voto del sindicato sobre la propuesta tuvo una aprobación de 91%. Imagen: captura de pantalla.

Para asegurar la independencia del portal periodístico e impedir cualquier potencial toma, los fundadores de Mediapart transfirieron en 2019 todas sus acciones a una fundación sin ánimo de lucro, el Fondo por una Prensa Libre, que da apoyo económico a los medios independientes que publican en francés. Por lo tanto, Mediapart sigue siendo una organización privada, con ánimo de lucro, pero su capital es «inviolable, intransferible y no se puede comprar«. Para adqurir la representación de los accionistas originales, el medio tomó un préstamo de 10,9 millones de euros y cada año paga 1 millón.

«No queríamos que nadie pudiera comprar Mediapart», explicó Marie-Hélène Smiejan. Agregó que el equipo aún considera esencial que Mediapart siga generando ganancias, para tener los recursos que le permitan innovar y seguir siendo relevante.

«Este fondo es algo que inventaron ellos», contó Benoît Huet, un ex asesor legal de Mediapart y coautor del libro «L’information est un bien public» («La información es un bien público») junto con la economista de medios Julia Cage. «Es la primera organización de medios que hace esto en Francia. Fue algo delicado para ellos, porque este modelo no estaba regulado legalmente».

Después de 14 años de un difícil lanzamiento, Mediapart tiene 131 empleados: 72 periodistas y 59 personas a cargo de marketing, tecnología, recursos humanos y relaciones con suscriptores. Las cifras más recientes, para 2021, revelan que el ritmo de crecimiento pudo haberse desacelerado ligeramente el año pasado, luego del boom de la pandemia. Las cifras de suscriptores se han mantenido iguales, mientras las visitas han caído con respecto a 2020. No obstante, Mediapart está buscando cómo ampliarse: el portal publica algunas investigaciones en inglés y español, y se está aliando con más y más medios locales y extranjeros.

«Construir una red con otros portales y otros contactos nos permite aumentar nuestros recursos por diez», aseguró Creus. «En los números está la fuerza, creatividad y alcance. Somos más fuertes juntos». El portal también ha inspirado la creación de otras organizaciones de medios independientes, que le den nueva vida al periodismo de investigación en francés.

«La mayoría de los medios de Francia son parte de grandes grupos industriales o empresarios que tienen conflictos de interés», explicó el investigador de medios Nikos Smyrnaios. «Mediapart se convirtió en un ejemplo de lo que puede lograrse. El éxito de su modelo de negocios es promover el lanzamiento de numerosas iniciativas. Les ha funcionado muy bien demostrar que un portal de noticias independiente puede ser rentable, sin depender de la publicidad, el Estado o Google, sino solo sus lectores».


Marthe Rubio es la editora en francés de GIJN. Trabajó durante cinco años en España y Argentina, y ahora vive en Francia. Publicó durante dos años con el equipo de datos de La Nación, ha publicado en Slate y Libération, y trabajó como corresponsal en Buenos Aires para Le Figaro y Mediapart.

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